El anonimato en las redes permite que los troles surjan como setas. Personas resentidas con el mundo que se encargan de tuitear opiniones destructivas sin atreverse a firmarlas. Como los viejos grafittis en las paredes pero con miles de seguidores. El caso de Pastrana es (o era, ya que ha cerrado su cuenta de twitter cuando se le ha desenmascarado) paradigmático. Tenía 82 mil seguidores ávidos de opiniones como estas:

Son capturas de imágenes de tuits suyos ahora ya que ha cerrado la cuenta. Tres botones de muestra: boicot al restaurante de Toni Albà, odio al independentismo y añoranza del franquismo. Su cuenta la preside un fotomontaje de la plana mayor de Podemos como obreros. Una imagen que él cree denigrante y que le retrata. No sólo odia al independentismo sino todo lo que le parezca de izquierdas. PP en estado puro. Un tuitero ha hecho un trabajo de investigación y ha encontrado bastantes coincidencias entre este tuitero anónimo y el perfil de FB de un alcalde del PP de un pueblo de Teruel: un tal José Miguel Aspas. Vive en el mismo lugar, tiene la misma guitarra y el mismo gato. Que Pastrana haya cerrado la cuenta es la reacción del que ha sido pillado.

El archienemigo de Pastrana era Gabriel Rufián, que ya advirtió que reiríamos mucho cuando supieramos quién se ocultaba detrás de ese pseudónimo. Dos tuits definitivos para cerrar la cuestión. El primero con el dibujo del alcalde corrupto de Los Simpson:

El presidente de Sociedad Civil Catalana fue destituido por utilizar un seudónimo para injuriar a Pilar Rahola, Santi Vidal y todo cuando indepe se le pasara por la cabeza. El PP se apunta a la moda de estos soldados unionistas que se tienen que esconder para opinar. Unos valientes héroes anti-independentistas. ¿Destituirá ahora el PP a su alcalde?