La fama mediática española tiene, en muchos casos, un itinerario muy marcado: de realities, la mayoría en Telecinco, a estrellita de las redes con miles de seguidores heredados de aquel boom televisivo. Es una especie de cementerio de juguetes rotos, pero muy lucrativo. Campañas de publi, promociones, regalos, viajes, menciones. Un poco de aquí, un poco de allá. El repertorio de monetización es amplio, solo hay que echarle imaginación. Como el caso que nos ocupa, el de una ex Miss Baix Llobregat que pescó en el programa 'La Isla de las Tentaciones': Patricia Pérez Iglesias. Todo un personaje.
Patri entraba en el dating show como tentadora. Es decir, que su papel era seducir a los concursantes que acudían con pareja. Una romperelaciones, vaya. Lo hizo de primera. Le birló el novio a Marta Peñate, otra cara muy popular de Telecinco, y ha consolidado aquella relación hasta el punto de casarse y todo. El chico, Lester, es un person también. Entre los dos nos han dejado escenas inmortales de este género, como cuando el canario confesaba su adicción a los porros, ya superada, y la catalana le respondía "pensé que tenía algún retraso, lo repetía todo constantemente". O aquella vez que el hombre se operó la nariz, quedó hecho una eccehomo y Patri lo retrataba sin compasión y subía las imágenes a Instagram. Ahora bien, su hit es brutal: fueron a un hotel a mantener relaciones íntimas y, de repente, empezaron a aparecer fotos de ella en acción. Una, a cuatro patas, muy explícita. "Se me ha escapado", se defendía él.
Pues bien, así, poco a poco, Patri ha llegado a más de 280.000 seguidores, una cifra que da para vivir del negocio. Es mucha gente, da miedo. Eso sí, quizás no tanto como el que han sentido aquellos que se han encontrado a la influencer haciéndose fotos en el inodoro, intentando defecar. Sí, sí, hacer caca. "No me escondo, esta es mi realidad. Llevo tres días sin ir al baño". Pobrecita, la compadecemos. Pero no había que ser tan explícita, ni mucho menos. Con un dibujito, una cara preocupada o incluso un color neutro no hacíamos a la idea. La puesta en escena sobra, y ni siquiera el hecho de estar embarazada lo salva, es perturbador. A ella, sin embargo, no le preocupa, quiere explicar cada detalle: "Ni kiwis ni ná, no hay forma". La cuenta 'Salseología', con toda la mala leche, bautiza la escena: "Hoy no ha puesto el muñeco. A ver si mañana".
Ya ven, pasar de vender amor, pasión, moda, etcétera, a explicarnos cómo ir de vientre y montar un chiringuito a su alrededor. Y lo mejor de todo: cobrando. Pues bien, para todos aquellos que se han quedado con la incógnita del buen funcionamiento del tránsito intestinal de Patricia, tenemos buenas noticias. Habemus, gracias al truqui de "ponerme una banqueta y los pies encima". Bingo total, se ha aliviado y además ha aprendido un concepto de la física. Quizás se lo podía haber imaginado apretando un tubo de pasta de dientes, pero seguro no había caído. Patri y las patriaventuras.
¿Qué será lo siguiente? Emoción, intriga, dolor de barriga.