La nueva situación de muchos periodistas por el coronavirus, teletrabajando desde casa, está modificando la conocida frase que se utiliza cuando pasa algo inesperado mientras se llevan a cabo conexiones televisivas: de "cosas del directo" pasaremos a decir "cosas del confinamiento". Es la que podríamos utilizar para definir lo que le ha pasado a Patricia Pardo, presentadora de El Programa de Ana Rosa, a punto de ofrecer una "última hora" informativa. La gallega ha sufrido un pequeño incidente doméstico, tierno, divertido y entrañable, y el foco de la noticia ha pasado de aquello que tenía que explicar a ella misma. Mejor dicho: a su pequeña hija Aurora, protagonista absoluta por unos segundos memorables.
Quintana le daba paso: "Tenemos una última hora. Patricia Pardo" La imagen, sin embargo, no nos enseña a la periodista. "¿Patricia?". Finalmente la realización conecta con ella, pero no está sola. Ni preparada. La joven periodista tiene compañía: en el fondo de la imagen se ve a una niña, sentada, muy formal, mirando con curiosidad. "Quédate aquí un momentito", se oye decir. Es sólo un instante de tranquilidad, porque se da cuenta de que está en directo, se levanta y va hacia ella: "Perdona, sal de aquí cariño, sal de aquí mi vida". Las dos desaparecen a toda prisa, mientras que Ana Rosa se deshace de su capa habitual de "mala malísima" y muestra una cara humana.
20 largos minutos después Quintana vuelve a intentar la conexión: en este caso, sólo con Pardo, que da explicaciones. "Pensaba que me avisaban para preparar la conexión. Tenemos un cartel en la entrada de la habitación en el que pone "no pasar, papá y mamá trabajando". Pero la niña se acaba de despertar y quería ver la tele". De aquí a unos años la madre le recordará la batallita del confinamiento y el coronavirus... y su primera aparición en televisión. Lástima que por medio tengamos a Ana Rosa, pero vaya, no se puede tener todo en la vida.