Paz Padilla está viviendo su peor época en Mediaset. Todavía ejerce de presentadora, sí, pero ha perdido peso específico a velocidad inusitada. Vaya, que se ha hecho la dieta Durkan hasta el extremo. Hay diferentes factores que pueden explicar esta caída tan drástica. La muerte de su marido, Antonio Vidal, la mantuvo fuera de combate por razones obvias durante una temporada. Cuando volvió, todo el mundo la apoyó, pero se encontró con una decisión inesperada y desagradable: la echaban del 'Got Talent'. La andaluza no se calló y reprochó la medida a los directivos. Más tarde, la gestión del fallecimiento y las lecciones morales que ha ido ofreciendo en la pequeña pantalla han creado mucha controversia. Incluso un enfrentamiento directo con Risto Mejide, que la destruyó por hacer proselitismo y lucrarse con pseudociencias. Esta golpe indicaba que la cosa no pintaba bien.
Tampoco se puede decir que Padilla mantenga demasiados adeptos entre la audiencia de Telecinco. Sus intervenciones en 'Sálvame', haciendo gala de un humor sin ningún tipo de gracia y cada vez más 'cuñada' e insolente la han puesto en la diana día sí, día también. De hecho, cada vez la vemos menos en el programa estrella de la cadena. La pusieron al frente de 'La Última Cena' y pasó exactamente lo mismo, un fiasco. El último movimiento ha sido desplazarla a Cuatro, con un concurso que, seamos sinceros, tiene una esperanza de vida escasa: 'A simple vista' tiene aroma a fracaso. Cada vez le quedan menos ventanas. Y se le acaba de cerrar una más.
Según explica el digital 'Yotele', Telecinco ha decidido sustituir a Paz en uno de sus programas más tradicionales: las galas del 24 y 31 de diciembre, conocidas como 'La Noche en Paz', y que presentaba con Joaquín Prat. Él seguirá haciendo los especiales navideños, pero la andaluza los tendrá que mirar, si todavía le quedan ganas, desde su casa. En vez de la humorista, la cadena de Vasile ha escogido a Lara Álvarez, una presentadora mucho menos quemada y con mucha proyección. Quieren convertirla en un emblema de la marca, y este paso es uno más en su evolución.
Padilla llevaba años presentando estas galas con el sello de José Luis Moreno, plenas de actuaciones, gags del estilo de 'Matrimoniadas' y mucha naftalina. Ha llegado la hora del cambio, y ya no cuentan con ella. El relevo ya está aquí, y puede marcar el futuro de la de Cádiz de forma contundente. Cada vez más arrinconada, criticada y menospreciada.
Con esta velocidad de crucero, parece que pronto Paz Padilla tendrá todo el tiempo del mundo para dedicarse a la tienda de su hija, el libro, la obra de teatro y todo aquello que ocupe su día a día. Excepto la tele, claro, porque pasa a ser residual.