Después de meses sin pisar las instalaciones de Mediaset, esta semana se ha producido la vuelta de Paz Padilla a su empresa. La andaluza fue despedida de manera fulminante por sus palabras sobre las vacunas y el coronavirus, pero llegó a un acuerdo extrajudicial con el grupo audiovisual, readmitiéndola de nuevo. Eso sí, no volverá a pisar 'Sálvame', el programa donde ha hecho de presentadora de manera habitual. Mejor así, porque ni Jorge Javier Vázquez ni la mayoría de tertulianos la soportan. Le pasa lo mismo a buena parte de la audiencia, a quien el tiempo sin los chistes malísimos de Padilla se les ha hecho muy corto. La paz sin Paz ha acabado. No tiene programa, pero algo le ofrecerán. Otra cosa es que funcione. Porque, sintiéndolo mucho, se ha convertido en un personaje antipático para la mayoría. Para otros no, claro.
Uno de los sectores que todavía ríen las gracias a la humorista y actriz comparte un rasgo de identidad muy concreto: son fachas. Una acepción suave del término. Ya verán que cuando revelemos la lista de incondicionales nos quedaremos cortos. Incondicionales y famosos, eso sí. Que no falte nunca la farándula, el famoseo, el cotilleo. Hace un tiempo la vimos inmortalizándose con Javier Ortega Smith, de VOX. Esta semana, como mejor amigui de Victoria Federica, a la que disfrazó de elfo en una fiesta para influencers. Pero lo que acaba de pasar en la localidad de Ubrique, en Cádiz, supera cualquier hito anterior. Se ha puesto las botas, ha sido aclamada por la flor y la nata de una España muy casposa. Sabe mal decirlo así, pero es una realidad.
Paz Padilla, de fiesta en Ubrique con la flor y nata españolista
Ubrique es famosa por ser un pueblo muy bonito de la sierra de Cádiz. También por ser la cuna del torero Jesús Janeiro, claro. Pero lo que quizás la gente no conoce tanto es que ha sido el escenario de una comida y juerga que parecía la pasarela Cibeles del españolismo, organizada por el empresario José Luis 'El Turronero'. Allí se reúnen personajes muy famosos de esta parroquia: toreros, cantantes, humoristas y políticos. Padilla no faltó a la cita, aprovechando que al día siguiente tenía bolo con su obra de teatro. Las imágenes de la fiesta estremecen: se ha hecho fotografías con una serie de personajes que no hace falta definir demasiado, aunque cada uno tiene su particularidad. Por ejemplo: un torero tuerto que paseaba la bandera franquista por la arena, y que comparte apellido con ella: Juan José Padilla. O el primitivo Francisco Rivera, otro que tal. Ideales.
Toreros, franquistas, políticos de VOX y humoristas, entre los colegas de Paz Padilla
Padilla enseña su mejor sonrisa al lado de Iván Espinosa de los Monteros, otro líder de VOX. Hace lo mismo con Pitingo, cantante de versiones residente en el Caribe pero que siempre tiene tiempo para opinar sobre la actualidad en España desde la óptica de antifiloetarras y demás. También estaba Arévalo, Ortega Cano, un no parar de progresía y tolerancia. A ver, que Paz puede hacer lo que le apetezca, tener los amigos que quiera o que pueda, pero como dice la frase castellana: "ni calvo, ni dos pelucas". Excesiva. Pero ella, como siempre, feliz... o eso parece.
No ha vuelto a la pantalla y el público ya quiere que la cancelen definitivamente. Llegar y besar el santo, Paz, pero mal.