Es una de las grandes noticias del mundo televisivo de esta semana: Rocío Carrasco ha fichado por 'Sálvame'. No sabemos todavía cuál será su papel en el programa de Telecinco, pero sólo el anuncio de la incorporación ha puesto patas arriba las instalaciones de Mediaset. El huracán Rociíto vuelve a coger fuerza, y eso quiere decir que más de uno de sus profesionales recibirán y de lo lindo. El preestreno de la madrileña sirvió para marcar algunos objetivos, como la presentadora eventual del espacio de las tardes: Paz Padilla.
La andaluza no sale de un problema y ya la tenemos en un nuevo lodazal: el despido de 'Got Talent', con pulla directa a los secuaces de Paolo Vasile; el enfrentamiento público con Risto Mejide por una programa dedicado a desmontar la biodescodificación, la herramienta que la de Cádiz ha utilizado para superar la muerte del marido Antonio Vidal y que ahora defiende en libros y conferencias; y ahora, el conflicto de Carrasco con su propia hija, Rocío Flores.El nuevo fichaje le dedicaba estas palabras tensas y con retranca: "Ni tengo ganas ni no ganas. Tenemos una conversacion pendiente. Ella también lo está pasando mal, sé que no está bien".
Pues bien, el azar ha querido que al día siguiente del gran anuncio de 'La Fábrica de la Tele', Padilla fuera la encargada de conducir la edición de 'Sálvame'. Y, evidentemente, la pulla de Rocío Carrasco flotaba en el ambiente. La andaluza ha intentado salir "de rositas". asegurando que no tiene ni la más remota idea de lo que le están hablando. Que ella no ha hecho nada en contra de Carrasco, y punto pelota. Una defensa que ha sido juzgada con severidad por la audiencia del programa, especialmente, claro está, por la legión de seguidores de la protagonista del documental más desgarrador de la historia de Mediaset: 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'.
Muchos la acusan de cínica y de tener una memoria tan frágil como interesada: puso en duda al testimonio sobre la paliza que recibió por parte de su hija, aparte de llegar a insinuar que Carrasco era "mala madre". Este apelativo es el que más daño le hace a Rociíto, aunque durante los últimos meses, más que intentar buscar la reconciliación familiar ha profundizado la herida hasta hacerla abismal. Así las cosas, se presenta un panorama complicado para la humorista y presentadora. Hoy ha podido probar una pequeña muestra de lo que tiene que venir.
Lo decíamos al empezar todo este terremoto y cada día estamos más convencidos: la irrupción de Rocío Carrasco en la primera línea mediática tendrá consecuencias brutales en la 'cadena amiga'. El goteo no se detiene. Es más, da la impresión que viviremos una nueva riada. Padilla, "calienta que sales".