Pedro Almodóvar se llevará muy probablemente la Palma de Oro de Cannes. El gran festival del cine se le ha resistido pero Dolor y gloria es su testamento cinematográfico y eso gusta mucho a los jurados. Con la emoción de los diez minutos de aplausos de la platea, pocos han prestado atención a un detalle del vídeo. Almodóvar de pie, todo el mundo aplaudiéndole, abraza y se besa con sus actrices, las del filme, como Penélope Cruz, y las que no salen, como Marisa Paredes o Rossy de Palma. Sólo una actriz hace cara de póquer, no aplaude y cuando Almodóvar pasa por su lado se ignoran ostensiblemente, de ida y de vuelta. Es Nora Navas:
La escena es muy incómoda, la cara de Navas es un poema, mandíbula abierta, sin aplaudir y sin saber qué hacer. Almodóvar pasa de largo. Una nueva muestra de la larga lista de actores catalanes que han pasado por los filmes del gran director manchego y han acabado amargados, humillados o sin volver a trabajar nunca más con él. Yolanda Ramos trabajó en Volver y acabaron fatal. Lo hizo público ella en el Chester hace 3 meses, en Cuatro: "Pedro, si fuiste artista, nosotros también podemos, y si tú fuiste vulnerable. nosotros también podemos. Aprendí más con Jose Corbacho dirigiéndome en Homo Zapping".
Lluís Homar denunció lo mismo que ahora sufre Nora Navas: "A todo me respondía que no. Me tenía que dopar para quitarme la ansiedad. Lloré abrazado a él. Me ignoraba delante de los demás". Àlex Casanovas (Kika) o Loles León han tenido episodios similares con el director. Esta parte se intuye en la película, cuando el alter ego de Almodóvar se reencuentra con un exactor suyo y se reconcilian. Nora Navas tiene una entrevista. Pero a muchos exactores damnificados por el genio manchego les cuesta hablar. El vídeo habla suficiente por ella. Dolor y gloria, sí, pero mal repartidos.