Pedro Piqueras se ha marchado de la peuqeña pantalla tras toda una vida dedicada a presentar las noticias. Telecinco ha sido la última gran casa del periodista albaceteño, dejando un hueco que Carlos Franganillo tendrá que sudar para volver a llenar. De momento las audiencias no responden, un hecho que destaca una evidencia: la coyuntura manda. Mediaset ha perdido el liderazgo por la lado del entretenimiento, hundiendo sus informativos. Mientras la nueva cúpula no encuentre un buen producto para competir, ya pueden poner a Villarejo de presentador. No ganarán. Tampoco por una razón indiscutible: el modelo informativo de Telecinco no es referente. Piqueras solo lo dignificaba, como su sucesor. Otra cosa, sin embargo, es que Pedro (68 años) estuviera cansado y saturado, y quisiera retirarse. No de la pasión por el trabajo, pero sí del complicado mundo empresarial que lo rodea.
Piqueras, en todo caso, ha asumido su nueva etapa con elegancia, discreción y, por fin, pudiendo mostrar facetas más íntimas, desconocidas y sorprendentes para el gran público. Lo ha hecho en su reaparición en un plató, en el 'Col·lapse' de TV3. Y no tardó en causar sensación: resulta que un manchego de pua cepa con toda su vida en Madrid habla catalán. Le cuesta, sí, pero lo habla. Y lo entiende, lo más importante. Aunque en la parte central de la entrevista utilizó el castellano, dejó pinceladas reseñables. Una gorda, incluso. Todas ellas, hay que reconocer, entrañables.
Como saber de dónde le viene el conocimiento de la lengua, y qué palabras fueron iniciáticas. Un recuerdo íntimo: "No hablo catalán, solo un poco. He aprendido el catalán en Albacete porque mi madre vivió aquí en Barcelona durante la Guerra Civil. Para ella fue la época más importante de su vida, tenía entre 12 y 15 años. Aprendió catalán y cuando yo nací, mucho tempo después, me enseñó catalán. Me decía: 'Tanca la porta, porta la clau...'. Por esto fui aprendiendo un poquito..." Un dominio que cultivó, años después, gracias al amor y a la Literatura catalana. "Después ya tuve una novia de Lérida y eso ya fue definitivo. Eso lo recuerdo con mucho cariño porque su padre me regaló dos libros de Salvador Espriu. Entonces, no puedo defenderme, pero lo entiendo". Le disculpamos, incluso, que no dijera Lleida. Y lo hacemos porque el acto final fue no apocalíptico, sino apoteósico.
Piqueras, entre muchas otras aficiones personales, toca el piano y canta. La productora del espacio lo sondeó sobre la posibilidad de que ofreciera una pequeña muestra, y accedió. Pero doblando la apuesta: cantar el 'My Way' de Frank Sinatra en catalán. No tenía muy claro que no fuera una broma, pero Pedro demostró sorprensa al encontrar el instrumento allí, las partituras y la letra del mítico tema de Sinatra traducido a la lengua de Espriu. "Vamos a intentar esto, Ricard," dijo después de terminar la parte en inglés y lanzarse a la piscina. ¿Resultado? Lo pueden juzgar ustedes mismos. Pero les decimos una cosa: a favor.