Pedro Piqueras es historia. El mítico presentador de informativos no volverá a la pantalla en 2024, se ha retirado. Con 68 años y después de ser emblema de TVE, Antena 3 y Telecinco, cierra el chiringuito. Se lo ha pensado mucho, no quería irse. Le da pena, vértigo y un poco de angustia. Mediaset se ha movido rápida y sorprendentemente anunciando el fichaje de Carlos Franganillo com relevo. Una figura indiscutible de TVE pagada a precio de oro, 300.000€. Ya quedaba poner día y hora a la última aparición en plató de la gran estrella de los años dorados, y saber cuáles serían las últimas palabras del albaceteño. No decepcionó.
Con la voz afectada por el cúmulo de emociones, Piqueras dedicaba un "buenas noches... y hasta siempre" a los espectadores. "Esta vez no voy a decirles 'Hasta mañana'. Cierro 51 años de profesión entre el diario Pueblo, Radio Nacional, y 34 de esos años en televisión. Aparecí por primera vez con Pilar Miró en Televisión Española, era el año 1988, y me quedé incrustado en las pantallas. Estoy muy agradecido a todos los que me han enseñado este oficio y a ustedes por permitirme entrar en sus casas. He intentado hacer informativos basados en el respeto a los hechos y a las opiniones de los protagonistas. Mi lugar lo va a ocupar un periodista con el que he tenido la suerte de compartir coberturas en elecciones, investiduras, volcanes, terremotos... Se llama Carlos Franganillo y viene de esa gran escuela que es la televisión pública. Me voy con el mejor de los recuerdos que es el de haber estado con ustedes tantos años. Les deseo tiempos de menor crispación, de más justicia y más felicidad". Imaginen si ha pasado el tiempo que su aspecto ha mutado de esta manera. Como le gustaría decir a él, "apocalíptico".
Piqueras podrá dedicar, a partir de ahora, todo su tiempo al huerto, al yoga, "me ayudará a dejar el periodismo, espero no ser esa persona que esté mirando todo el día a lo que dejó atrás", y a la farmacéutica y veterinaria Esther Barriga, su pareja. No ha vuelto a pasar por el altar, pero es como si fuera su mujer. "Estuve casado y ahora tengo otro tipo de relación no matrimonial". Le cuesta hablar. No le gusta nada exponer su intimidad públicamente: "No quiero que nadie sepa nada, intento proteger a las personas que están conmigo". Como pasa también con su primera mujer, Ana Parra, de la que se divorció y es la madre de su único hijo, Curro. El hombre, un gran desconocido mediáticamente, es publicista. No quiso seguir los pasos de su padre en el periodismo. No lo veremos nunca dando las noticias. Tampoco vive en España. Hace años que es director ejecutivo de una agencia en Londres, ha ganado muchos premios en su sector, triunfa. Seguro que es un día feliz para él, sabe que su padre descansará. Y se podrán ver más a menudo.
De las poquísimas imágenes que hemos podido encontrar de Curro Piqueras, a través de perfiles profesionales públicos y webs en las que trabaja o colabora, hay una certeza absoluta: ha salido al padre. Son iguales. Los ojos los delatan, la expresión facial también. Solo los surcos de la cara, producto de la experiencia, y el estilo a la hora de vestirse y arreglarse les diferencian. Y si Pedro disimula la falta de pelo dejándolo largo haciendo bulto, Curro opta por poblar la barba para compensar la claridad superior. Son opciones, todas aceptables. Pero la cara, el gesto, la retirada, es la misma. Paradojas de la profesión: los informativos se han perdido un clon de Piqueras, que se ha ido a publi. Surte y aciertos.