El escándalo es consustancial al apellido Borbón. Lo llevan en las venas, no lo pueden evitar. Ni siquiera una pandemia mundial los para: y no, no hablamos del lamentable comportamiento de Victoria Federica pasándose todo por el arco de triunfo y haciéndose la víctima. En este caso es su madre, Elena, y la tía Cristina, la que se han puesto en el ojo del huracán con su vacunación contra la covid en Abu Dhabi, aprovechando las visitas al padre Juan Carlos, el huido. Eso de hacer cola como todo quisqui y esperar su turno es cosa de plebeyos. Mucho mejor hacer turismo de millonarios e inyectarse el remedio chino en los Emiratos (que estuvo a punto de matar a JC), el cual se puede adquirir en aquel país pagando un buen dinero. Claro: el dinero no tiene valor en esta familia, lo han amasado y disfrutado durante las últimas décadas sin pegar ni sello. Tampoco lo tiene la vergüenza.
Las críticas en las exInfantas, aquellas que nunca se dan cuenta de nada, van cayendo como la gota malaya. Y algunas de ellas sorprenden por su elocuencia. Como la que hizo el cómico y presentador barcelonés Pedro Ruiz en La Sexta Noche. Ruiz, siempre con la lengua afilada y sin manías, las ha retratado de forma fulminante. Un par de bofetadas con mano de hierro y guante de seda, fiel a su estilo: "todavía no se han dado cuenta de que la burbuja en la que han vivido ya no existe. Y cualquier acción irresponsable como esta será juzgada con dureza. Se ha terminado la bula, ha caído el telón, la telaraña amable que las envolvía ya no existe". Quizás un poco atrevido, porque de privilegios, bulas y de más, los Borbones van plenos. Ahora bien, el final de la reflexión es magnífico: "deberían concierciarse de que cualquier traspiés, como este con visos de incorrección, será severamente cesurado. Que hagan un cursillo intensivo." Parece que la pareja llega tarde. Cristina ya se lo saltó con el caso Nóos, por poner un ejemplo.
Afortunadamente, hay vacunas contra el coronavirus. Lo que no encontramos, o no quieren encontrar, es el remedio contra los privilegios medievales y las conductas penosas de la Familia Real... o de la familia del Rey, da igual.