Rueda de prensa bochornosa en el palacio de la Moncloa. Después del Consejo de Ministros de este martes, Pedro Sánchez ha atendido a los medios de comunicación en una intervención que tenía que servir para resolver cualquier duda sobre la huida de Juan Carlos. Pero interrogado por los periodistas, el presidente del Gobierno ha optado por cerrar filas con la monarquía. Sánchez se ha negado a responder varias preguntas y ha reiterado, una y otra vez, el apoyo de su ejecutivo a la familia real. Un desprecio a los profesionales que le ha costado un aluvión de críticas.
Acosado por sus propios escándalos de corrupción, Juan Carlos huye de España. No se sabe a ciencia cierta dónde está, aunque el diario ABC ha publicado que podría haber viajado a la República Dominicana. El exmonarca se escapa y lo hace con la complicidad del PSOE: la vicepresidenta Carmen Calvo habría sido la encargada de negociar su salida. Pero Sánchez ha esquivado las preguntas de la prensa, no ha querido aclarar el papel del ejecutivo en la fuga, aduciendo confidencialidad, y ha evitado hacer mención al escondite real del exjefe del Estado, con una falta de transparencia absoluta. De hecho, ha asegurado que desconoce dónde se encuentra. Es el colmo, ayudar a huir a un individuo investigado por delitos fiscales y acabar perdiéndole la pista. Tampoco ha querido hablar de la posición enfrentada con algunos dirigentes de Podemos, compañeros del gobierno de coalición. En las redes sociales, multitud de periodistas han mostrado su malestar por el papelón del presidente socialista. Antoni Bassas, Laura Rosel, Ana Pastor, Antón Losada... todos protestan contra un Sánchez que intenta ponerse de perfil.
También se han sumado a las críticas periodistas como Jaume Freixes, Pere Mas o Neus Tomàs. Mientras la prensa señala la opacidad de Pedro Sánchez, el presidente se limita a repetir: "Lo que se juzga no son instituciones, se juzga a personas". Teniendo en cuenta que la institución de la monarquía recae exclusivamente en la figura del monarca, parece imposible separar el cargo de la persona. Pero Sánchez no quiere oír hablar de que la familia real pueda estar duda, y ha pedido estabilidad. Como el avestruz que esconde la cabeza bajo tierra, el actual presidente imita a su antecesor Mariano Rajoy. Sólo le ha faltado referirse a Juan Carlos como "ese rey del que usted me habla".