Después de un mes de vacaciones, el canal Ten arrancaba con la segunda temporada de Ni que Fuéramos Shh... la resurrección del famoso Sálvame, el cual Telecinco suprimió. La primera entrega de la nueva versión llegó pisando fuerte con más gritos, más broncas, más colaboradores y más polémicas, y todo eso, sin censura. Cada tarde hay mínimo dos bombas nuevas, y un buen saco de memes por la red. Después de vacaciones, Valldeperas y su equipo tenían varias novedades e incorporaciones que todavía alborotarían más el gallinero, entre ellas, el retorno de uno de los personajes más escandalosos del pasado de Telecinco: Aída Nízar.

"Adoro mi vida" este es el lema de la nueva reportera del Canal Quickie. Quien fue concursante de Supervivientes aterrizaba en el plató de Ni que Fuéramos Shh... como la nueva incorporación y la nueva enemiga de Belén Esteban, con quien no se soportan de hace años. Aída Nízar ha llegado para hacer exactamente los mismos reportajes que hacía a Sálvame entre el 2010 y el 2012, donde la vemos correr, discutirse y sobre todo, hacer lo que más le gusta: meterse donde no le llaman. Por este preciso motivo lo enviaban a San Lúcar de Barrameda para 'investigar' sobre los okupas de la casa de Manu Tenorio, los cuales el extriunfito había asegurado que tenía en una vivienda.

Desde buen principio, la superreportera se adentraba por completo en el asunto, entrando en la zona residencial, preguntando y siendo de lo más insistente. Los vecinos le pedían y le reclamaban en más de un momento que estaba entrando en un sitio privado, e intentaron echarla con agua o lejía en más de una ocasión hasta llegar a las manos. Una agresión que se producía en directo cuando una vecina le daba un empujón en un bar de la zona. Fue entonces cuando Patiño va, la presentadora, denunció en directo lo que estaba pasando y cortó la emisión para que se pudiera resolver de manera más ética. Sin embargo, más tarde, al volver a conectar en directo para ver si el ambiente se había tranquilizado, el escenario era completamente diferente.

Aída Nízar continuaba con un disturbio a su alrededor, donde ahora ya había tenido que intervenir la policía para tranquilizar el ambiente, ya que la reportera estaría señalando a los presuntos morosos y haciéndoles enfadar hasta el punto que todo el mundo acabara perdiendo los papeles. En directo podíamos escuchar toda la discusión, pero Patiño prefirió cortar la emisión y posicionarse en contra del trabajo de Nízar, asegurando que aquella no era nada la finalidad de su reportaje. Las declaraciones empezaban una guerra entre la reportera y la presentadora difícil de remediar. Aída Nízar le reprochaba que hacía falta dar apoyo a los compañeros, mientras que la Patiño continuaba en contra del momento. El huracán Aída Nízar ha llegado para arrasar con todo.