Si hay una pareja artística que continúa igual de'unidos que desde sus inicios, estos son Alaska y Mario. Un dúo icónico que siempre van del brazo en el mundo de los artistas y, según lo que aseguran, en la intimidad. Ella es toda una leyenda del mundo de la música y, desde que un día conoció a Mario Vaquerizo, se enamoraron para siempre: se convirtieron uña y carne. El famoso verso de "A quién le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga" se lo anotó para siempre en su discografía y en su estilo de vida. Un dúo icónico que incluso llegó a protagonizar su propio reality show. Sus dos nombres siempre han ido cogidos de la mano, sin embargo, llegaba un punto en que sus caminos profesionales se independizaron: Mario Vaquerizo arrancaba con las Nancys Rubias y su trayectoria profesional apareciendo en programas de televisión y consolidándose como celebritie y no como pareja de. Y lo consiguió.
Recientemente, lo podemos ver como concursante de El Desafío en la cuarta temporada del formato como uno de los concursantes más amados por la audiencia, no tenemos claro que acabe encabezando el ranking, pero con él el entretenimiento está más que asegurado. Famoso por su humor y su forma de ser, nadie conoce más allá de su faceta artística, sus looks estrambóticos protagonizados por el color negro, la cabellera larga y la sombra de ojos a conjunto de Alaska. El martes se sentaba en el pódcast de Vicky Martín Berrocal, la socialité española que se ha hecho un rincón entre las influencers tituladas con su propio pódcast. "A solas con Vicky" nos ha regalado capítulos e invitados de todo tipo, pero en casi todos se ha servido polémica. Mario Vaquerizo no podía ser menos, de hecho, nunca ha podido ser inferior, durante la entrevista se ha abierto de par en par con la exmujer del torero y solo en la primera pregunta, ya ha patinado de pleno. Atentos.
En los primeros diez minutos, la entrevistadora ya le hace la primera pregunta clave que lo hace desahogar sobre él y su aspecto físico. ¿Se gusta a él mismo? Por si teníamos alguna duda de su respuesta, el artista responde el siguiente: "Yo sí, me gusto mucho, estoy muy orgulloso de mí. Dices eso y ya parece que eras un creído. Desde la humildad, yo me acuesto todos los días después de rezar el padre nuestro y el ángel de la guarda y me quedo leyendo un libro y digo, jo que guay" Hasta aquí, no hay nada que reprocharle, el mensaje peligroso llega más adelante, en indagar de su aspecto físico. "Yo me veía un niño gordito y te digo la verdad, es que yo me veo más guapo con 66 kilos que con 80. A quien le guste bien y al que no no, me hace sentir bien en mí. Me gusta la delgadez extrema, me veo más guapo, tengo una dieta muy equilibrada. Me miro al espejo y me gusto más. Con 30 años me hice mi primera liposucción, y no me ha vuelto a salir, pero porque también fui muy profesional, porque me cuido mucho." Bien, digamos que este punto de vista con respecto a la apariencia física, no es del todo sano para los oídos de todos los públicos.
El artista continúa con el discurso, desde la vertiente de la humildad. "Ahora estoy enganchado a las endorfinas, yo soy muy adictivo. Me encanta ese momento al salir del gimnasio." Está claro que no podemos hacer un diagnóstico a través de sus palabras, pero el mensaje que promueve resaltando la primera y la satisfacción a través de endorfinas podría ser una mala influencia para según qué público. Entre otros, la socialité también le preguntaba por sus antiguas relaciones y él lo ha querido dejar claro: le gustan las mujeres, nada de homosexualidad. Mario Vaquerizo no sería nada sin Alaska, sin su forma de ser, ni su naturalidad, parece que la famosa estrofa del "A quién le importa" esté escrita y dedicada exclusivamente a ello, como bien acaba la canción "Yo soy así y así seguiré, nunca cambiaré"