El gerundense Pep Cruz es uno de los actores más queridos de Catalunya. Muchos de sus papeles en series, películas y obras de teatro su patrimonio inmaterial de la cultura, con mayúsculas. El gran público lo tendrá siempre en la memoria, por ejemplo, por el malo Monràs de Ventdelplà en TV3. Tiene 74 años y todas las vivencias del mundo en la mochila. Pero siempre hay espacio para añadir más. Algunas enternecedoras y emocionantes, otras realmente desagradables y que hablan de la sociedad en la que vivimos. Exactamente lo que le ha pasado mientras era atendido en una tienda de telefonía de un conocido centro comercial de Barcelona. Un episodio frustrante y asqueroso.
Cruz ha sufrido un ataque de tipo lingüístico de primera magnitud en la empresa DIGI. El trabajador de la tienda ha maltratado al intérprete por hablar catalán. En Catalunya. Increíble, pero cierto. Una costumbre que los monolingües españolistas (también los de aquí) repiten cada día más, animados por la cruzada política y judicial contra la lengua del país. Expresarse en catalán es pecado y la excusa para la exhibición de la falta de respeto más infecta. Y Pep ha sido la penúltima víctima, porque la lista crece mientras leen este artículo.
Cruz, quien siempre va con la verdad por delante, explica lo que tuvo que soportar por parte de este personaje tan execrable y nocivo para la convivencia. "El empleado de DIGI me abroncó por hablarle en catalán: "Esto es España y en España se habla español". Así, sin vaselina ni nada. Pep no calló ante el atropello, recordándole que hay una norma suprema que ampara su derecho a expresarse en su lengua. Faltaría más: "Usted no conoce la Constitución y es un maleducado". Sensacional.
¿Qué hizo el empleado de la telefónica? Pues doblar la apuesta: cuando el actor se marchaba del local indignado por el maltrato, tuvo que oír el grito del susodicho: "¡Y viva España!"". Pep se encomienda a la "santa paciencia", mientras interpela a la empresa en cuestión: "DIGI, ¿qué piensa hacer?". Desgraciadamente, le podemos avanzar la respuesta: NADA. Seguro que Cruz ya lo sabía, pero se tenía que intentar. Cuando menos que las agresiones no queden silenciadas, y advertir también a los potenciales clientes de este servicio del tipo de personajes que los representan.
El españolismo impone el 25% de castellano en Catalunya, pero es un espejismo y una trampa: hay muchos que no llegan ni al 1% de catalán. De eso ni hablan ni se quejan, claro.