La muerte del locutor Pepe Domingo Castaño ha sacudido el panorama mediático español durante el fin de semana. El gallego de 80 años, voz inconfundible de los programas deportivos de las últimas décadas, ha sufrido un fallo multiorgánico en el hospital de la Zarzuela de Madrid. Las reacciones al deceso son incontables. La gran mayoría lo recuerdan con estima, con veneración, con un respeto proverbial. Las generaciones que han crecido oyéndolo en los micrófonos de la Cadena SER y la COPE lloran su pérdida. No todas, sin embargo. De hecho, hay quién lo que recuerda de él no sería precisamente positivo. Y por eso impacta todavía más.

Podríamos hablar de las manifestaciones políticas de Castaño, abrazando los postulados españolistas. Hace bien poco disparaba contra Carles Puigdemont, llamándole "cobarde". Pero no es el caso que nos ocupa. No hay política, es personal. El mensaje que está arrasando en redes sociales tiene otro remitente, un periodista muy particular, veterano y que además lo conocía bien. Hablamos de Sebastià d'Arbó, el profesor d'Arbó. Un especialista del género fantástico, esotérico y del más allá que ha pasado por TVE, por la SER, por Catalunya Ràdio y prácticamente por todos los medios de comunicación. El de Tortosa ha firmado el obituario más alucinante, no se ha dejado nada. "No era periodista. Pasó a los programas deportivos, él era madridista y yo culé. Inauguró un nuevo estilo de gritar y gritar ante el micro, era horrible. Era su estilo".

Sebastià d'Arbó / TV3

Sebastià, de 75 años, recupera otra vivencia compartida y desconocida para el gran público: la vida personal de Pepe Domingo. El difunto deja una viuda, María Teresa Vega, con la que contrajo matrimonio en el año 1985. Antes, sin embargo, había estado casado con una presentadora de TVE, María Luisa Seco, popular en su época por su participación en programas infantiles y musicales. Fueron 12 años de matrimonio que venían precedidos, según el experto en todo aquello que va mucho más allá de nuestros ojos, de un robo: "Me cogió a la novieta", asegura. Aquello le ha venido a la cabeza de Sebastià, dejando constancia de su recuerdo en Facebook. Un amor hurtado, el de María Luisa, que moriría en1988 víctima de un cáncer de huesos. Eso también lo pone, de alguna manera, sobre la mesa. Está en esta frase que ha causado sensación: "Desdichadamente ahora los dos están muertos, y yo, aunque mayor, sigo dando guerra". Y tanto.

Sebastià d'Arbó sobre Pepe Domingo Castaño / Facebook

El impacto ha hecho inevitable que todo el mundo hable de la publicación del querido de Arbó, hecha evidentemente sin ninguna malicia pero revolucionaria para las redes sociales. En Catalunya, donde se le conoce bien, las reacciones son diversas, ingeniosas, de alucinación. La especialidad del maestro de Arbó, sin duda. Es un crack.

Sebastià D'Arbó / Twitter