La tensión política no es ajena a los medios de comunicación y para muestra uno de los injustos episodios a los que ha tenido que hacer frente un reportero de La Sexta. Con el acuerdo entre el PSOE y Junts en materia de amnistía sobre la mesa y cada vez más cerca de hacerse efectivo, mientras las sesiones de negociación no cesan, la ultraderecha españolista se movilizaba de manera imprevista en la noche del pasado 6 de noviembre.
Ubicación: Ferraz, en las inmediaciones de la sede de los socialistas. Objetivo: hacer ruido vacuo. Consecuencia: un ridículo estrepitoso ante las cámaras de televisión. El periodista Javier Bastida, enviado de El intermedio a hacer la cobertura en el lugar, vivió una situación surrealista a la vez que repugnante con uno de los manifestantes. Y es que, mientras procuraba hacer su trabajo, un indeseable empezaba a increparlo con la consigna "¡prensa manipuladora!" a la vez que hacía muecas ante el objetivo de la cámara.
Como se aprecia en el vídeo, Sandra Sabatés intentó tranquilizar a su compañero expresando que "estamos viendo las dificultades de nuestro compañero Javier Bastida para poder realizar esta conexión (...). Mucha calma y cuídate mucho. Muchísimas gracias". Bastida procuró seguir trabajando, pero llegó un punto en el que la cosa pasaba a ser insostenible. Con el individuo totalmente brotado y enganchado del hombro del comunicador, le estiraba del brazo y se le oía vociferar "¡muertes de ETA, Arnaldo Otegui, asesino!. La emisión de tan impermisible momento en directo consternaba inmediatamente la audiencia, que a través de las redes sociales ha criticado la mala educación de los protestantes. "¡Vaya sinvergüenza!", además de enviarle al informador mensajes con "todo el apoyo del mundo".
En vista del revuelo formado en la plataforma X, el propio Javier era quien decidía pronunciarse, publicando en su perfil una imagen en la que lo vemos junto al resto de trabajadores enviados y un texto de agradecimiento: "De parte de todo el equipo, gracias por preocuparos. Estamos bien". Están bien, pero es un hecho que no había ninguna necesidad de vivir una falta de respeto tan brutal. Eso siempre por delante.
"Fachas haciendo de fachas", apunta una tuitera. Acciones como esta que definen la ínfima educación pregonada.