Domingo de manifestaciones de PP y VOX contra la amnistía. La de Madrid, la más importante, la más numerosa. La convocaba el PP, secundada a distancia por los alborotadores de VOX, y conseguían reunir a un buen puñado de adeptos ondeando estanqueras como posesos. Muchos irían a ver de cerca a sus ídolos: Aznar, Ayuso, Cayetana, Abascal. Va, venga, también pondremos a Feijóo. Todos juntos han chillado e insultado hasta despacharse a gusto. Parte de ellos, al acabar, han ido a plantar la tumbona en la sede de Ferraz, donde esta noche volverá el espectáculo de fachawars de la última semana. ¿Cuánta gente había en Madrid manifestándose este mediodía? Buena pregunta. Las dos versiones están más alejadas que nunca: sobran ceros. Un millón, dice Génova, mientras que las autoridades lo rebajan a 80.000 almas. Hay margen.
En la capital del reino, sin embargo, no estaban algunos líderes del partido de la gaviota, así como cargos y simpatizantes. Los que no han podido desplazarse a la cita habían montado réplicas repartidas por todo el Estado. Una en concreto nos tiene con los ojos como platos: la de Vitoria-Gasteiz, la capital del País Vasco. Allí, su nuevo líder, Javier de Andrés, encabezaba un acto en petit comitè: no legaban a mil personas ni sumándolos dos veces. Entre ellos, y con un micrófono que no iba del todo bien, una cara conocidísima de TVE, un veterano de la casa: el corresponsal Miguel Ángel Idigoras. Ya no sale en antena, pero continúa vinculado a la corporación. Ahora, por lo que se ve, se dedica al activismo y no a la información.
Idígoras, de 64 años, es original de Donostia y entró en TVE en 1989. Tiene mucha mili y ha visto bastante mundo, pero en vez de hacerlo más tolerante le pasa todo lo contrario. Tiene gracia, llegó a convertirse en director de Euskal Telebista gracias al lehendakari socialista Patxi López. Ènric Hernàndez fue su liquidador de la corresponsalía de Londres, en aquel momento no se entendía bien la purga. Ahora, al escupir sobre la mano del PSOE, todo cuadra: es una starlet del PP vasco. Echar una ojeada a su X es como vivir en la sede de los populares. Vaya empacho, tú. El caso es que como sería el que mejor hablaba en público de todos los reunidos en el centro de Gasteiz, pues le han pedido 'oye, Miguel Ángel, hazlo tú.' Y el hombre ha leído el manifiesto secundado por PP y VOX. Sin despeinarse. Pues muy bien.
Lo que ha dicho no es demasiado relevante, no sufran. Pero no hace falta mencionar que la escena hace hervir las redes sociales. Es evidente que todo el mundo tiene derecho a expresar su pensamiento político, pero después no te quejes cuando vengan las bofetadas, el cachondeo y la ridiculización. Hay comentarios que harán daño. Al tiempo.