Desde En Blau felicitamos al que tuvo la idea de hacer en TV3 un programa como Quanta guerra!. El nuevo acierto de Eloi Vila y compañía es un programa que justifica la existencia de una televisión pública catalana. Después del clima que conseguía semana tras semana con las confesiones que arrancaba a quien se sentaba a su lado en Al cotxe!, ahora se genera el mismo clima al aire libre, hablando con diferentes caras conocidas sobre sus abuelos. El primer día fue Andreu Buenafuente quien se emocionó, y ahora le ha tocado el turno al bueno de Peyu. Y de rebote, a todos los espectadores. Espectadores que volvieron a dar apoyo, cifras de audiencia sensacionales, 353.000 espectadores y un 19,7% de share, el programa más visto del día.
Ojos humedecidos, mordiéndose el labio para no estallar en lágrimas, la emoción traspasaba la pantalla a la hora de recordar a Esteve. El abuelo del presentador y cómico murió cuando él era muy pequeño y no tuvo tiempo de preguntarle cómo fue su guerra y por qué no habló nunca de ello con nadie. Sin mucha información, sólo un par de anécdotas, Peyu siempre se ha imaginado un abuelo espabilado y superviviente, pero le sorprende el silencio familiar. Por eso ha aceptado compartir un viaje de investigación con Eloi Vila y recorrer la Guerra Civil que vivió el abuelo Esteve con 24 años. Después de un recorrido duro y transformador, Peyu vuelve a casa con las respuestas que buscaba y una imagen nueva y conmovedora del abuelo, un hombre que salvó la vida en diferentes ocasiones, como cuando cruzó el Ebro. Allí, sentados al lado del río, hemos asistido al momento más conmovedor del programa, cuando Peyu se ha abierto del todo y ha dejado ir toda la emoción que sentía.
"Ir sabiendo cosas que no sabías, ir descubriendo cosas, ¿cómo te hace sentir?", le pregunta Eloi. Y Peyu se abre en canal: "Hostia... para mí es como un regalo, para mí principalmente, para mi curiosidad, y es un pequeño homenaje que yo no pude hacer a mi abuelo, ¿no? Y a mis padres también..., y a los tíos... Este no hablar nunca, siempre hemos priorizado el trabajar e ir haciendo cosas y... hostia.... tener la oportunidad de construirlo y poder compartirlo con ellos... bien parido". En casa, todos con los ojos húmedos. Un momento íntimo compartido por Peyu, con el silencio y el respeto cómplice de Eloi, a su lado, que le da un golpecito cariñoso en el brazo para animarle. Un momento, sencillamente, único. Entendemos perfectamente qué debe haber sentido Peyu recordando a su abuelo. El final entre los dos los llevó, curiosamente, a una de aquellas conversaciones dentro de un coche, como hacía antes Eloi Vila.
Allí, el presentador le pregunta cómo se siente y cómo explicará a su familia todo lo que han descubierto de cómo las pasó su abuelo en la guerra. Y Peyu verbaliza una verdad como un templo: "Habrá un poco de shock. Ellos han vivido 'protegidos', en este sentido, por el abuelo mismo. No creo que se imaginen la burrada que fue. Hay como este concepto de 'ir a la guerra' muy frivolizado. ¿Qué quiere decir 'fue a la guerra'? Cuándo lo ves, y pones imágenes y estás en los lugares y te explican todo lo que pasó allí... cojones... Ir a la guerra no es ir a pasar el rato, ¿eh?". La guinda del pastel, una genialidad: nada mejor para compensar la emoción y las lágrimas como un momento que despertó una carcajada. Le pregunta Eloi, al volante, si "¿volvemos con gas o con calma?". Si le mete caña al coche o no. Y Peyu, genial, responde: "Yo... mientras no tengamos un accidente... Porque también ya sería... ¡cagoendios, el abuelo, todo lo que tuvo que hacer para salvar la vida ¿y ahora me matas tú aquí con un accidente de coche? ¿Tanto trabajo y todo a la mierda? Ve poco a poco, hostia". Un programa delicioso. La enhorabuena.