¿Por qué queremos tanto a la escritora, periodista y sensacional cronista real catalana Pilar Eyre? La pregunta no es la correcta. Sería más adecuado plantear "¿cómo no estimarla?". Eyre es talento, es conocimiento, es ternura y contundencia cuando hace falta, es valores, sencillez y proximidad. Un currículum a la altura de escogidos y escogidas. Una crack. Prueba de eso es repasar las ventas de sus títulos, sean de la temática que sea: desde una novela como 'Cuando éramos ayer', su último libro, o cuando destripa las intimidades de la Familia Real española. Da igual: siempre es un éxito.
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Como es top al panorama literario y alguien muy respetado y querido, se pueden imaginar que la Diada de Sant Jordi es una gincana exigente. Su agenda está repleta de compromisos, principalmente para hacer felices a sus fieles. Si la quieren encontrar por Barcelona, apunten: el ritmo es frenético. Un emplazamiento prácticamente cada hora. Ni la tormenta ni el granizo podrán con ella.
A pesar de ir de cabeza todo el día, Eyre tiene detalles que forman parte de su propia tradición y que la definen con creces. Como el que tiene cada 23 de abril con la papelería de su barrio, donde montan un puesto exclusivo para ella. Es vecina, cliente, amiga. Un acto que la honra y de qué manera. Es una estrella, pero de las de verdad. De las que aprecian y elogian las pequeñas cosas de la vida, los cimientos del maravilloso edificio que ha construido con su carrera. Su sonrisa es la de sus lectores y lectoras, la de los sus amigos e incondicionales. Emociona, la verdad.
Con esta dosis de energía y generosidad sincera, Pilar sabe que el día irá más que redondo. Incluso superando algún pequeño susto de buena mañana, cuando ha compartido su kit de supervivencia de Sant Jordi. Un sombrero contra la lluvia (quizás le hubiera hecho falta un escudo contra la granizada), pasta de dientes y un cepillo, maquillaje, un pañuelo bien bonito y gel hidroalcohólico. ¿Echan de menos algo? Ella sí: bolígrafos, muchos bolígrafos para estampar su firma y hacer felices aquellos que se le acerquen en las paradas. Hoy sudará tinta, pero con qué gozo y qué honor.
Es una reina, pero de las buenas. Ella es Sant Jordi. Bona Diada, Pilar.