De las muchas alteraciones de la vida "normal" que nos ha dejado la pandemia del coronavirus, hay una auténtica obsesión con tres aspectos: los bares, el fútbol y la tauromaquia. En este último caso, con campaña penosa del sector ultra incluída, exigiendo la apertura de plazas de toros, ayudas al sector como "bien cultural" y acusaciones de censura y otros sin sentidos. Un clamor que hacen suyo determinados medios de comunicación, actuando como una gota malaya.
Este fin de semana se ha celebrado el primer festival taurino del confinamiento. Una clase práctica para los alumnos de una escuela de Málaga, en la que no hubo público pero si fue retransmitida por internet. Una noticia que ha merecido la atención del informativo de T5, presentado por José Ribagorda, defensor de este triste espectáculo de maltrato animal. El espectáculo ha hecho enfurecer a una gran cronista catalana como Pilar Eyre, animalista combativa y que no pasa ni una: "me invade tal cansancio al pensar que todas nuestras quejas son rayas en el agua... asco/pena/rabia". Un enfado que ha extendido también contra Ramon Arcusa, miembro del Dúo Dinámico, que en una entrevista en El Mundo decía que "los animalistas no tienen ni media torta". Eyre le hace la cruz: "me caía bien"
El asesinato de toros, "marca España" por excelencia. Vergüenza.