Pilar Rahola empieza su Palabra de Rahola de este viernes 17 de junio de su canal de YouTube con una pregunta: "¿Cómo se le llama a una persona que colabora con redes policiales corruptas, con cloacas de un Estado, para delatar, señalar y dar información privada de dirigentes políticos, de conciudadanos suyos? ¿Cómo se le llama a una persona que es capaz de hacer listas negras para que sean atacados, desprestigiados, para destruir sus carreras profesionales y políticas?". Ella misma tiene diferentes posibles respuestas a estas preguntas, maneras de nombrar a alguien así: "¿Se le llama miserable? ¿Se le llama delatora? ¿Se le llama lacaya? ¿Se le llama cortesana arrastrada?", reflexiona la escritora. Pero para Rahola, todas estas nomenclaturas se pueden resumir en un solo concepto. Porque sólo le hacen falta un nombre y unos apellidos para dar respuesta a las preguntas formuladas: "No hacen falta tantos sustantivos. Se le llama Alicia Sánchez-Camacho".
Este mismo viernes, el presidente Carles Puigdemont ha cargado duramente contra la exlíder del PP catalán y senadora, Alícia Sánchez-Camacho, y la acusa de ser "una miserable que conspiró con una trama policial corrupta por razones políticas", después de que hoy mismo hayan salido a la luz unos audios entre el excomisario Villarejo y Sánchez-Camacho, vinculados con la operación Catalunya. El diario El Mundo ha revelado unas conversaciones en las que ella habría pasado una lista negra de independentistas para enviársela a Villarejo, y que este, los investigue. La exlíder de los populares en Catalunya señaló que había que investigar al empresario Carles Sumarroca, Enric Lacalle, acusado de ser un agente doble, Artur Mas, Oriol Pujol, Josep Antoni Duran, el entonces director de la fundación La Caixa, y actual conseller de Economía y Hacienda, Jaume Giró y el entonces director de La Vanguardia, José Antich. Rahola ha estallado contra la política del PP: "Las conversaciones que hemos podido escuchar de este personaje con el señor Villarejo dejan muy chiquitinas las conversaciones de la Camarga porque son de una extrema gravedad. En ellas podemos oír cómo la señora Camacho da el teléfono privado de Artur Mas, da el teléfono privado de Jaume Giró, y de otras personas. ¡Les señala con el dedo, 'estos son independentistas!'¡Vete a por ellos! ¡No te olvides de este y del otro'!".
Rahola, indignada con que "hable de cuentas en bancos suizos, que aunque sean inexistentes, vale la pena hurgar por aquí, y al fin y al cabo, lo que hace es darle a un personaje de la cloaca más oscura, material humano para que destruya a estas personas y sus carreras con el intento de destruir los éxitos electorales que puedan tener. En el caso de Artur Mas, el intento de que no pueda tener mayorías ni sacar adelante ningún procés independentista ni soberanista. En el caso de Giró, intentar destruirlo profesionalmente dando sus datos personales". Rahola tiene claro que en otros tiempos habríamos dicho que es una "botiflera, pero sinceramente creo que el término no es adecuado, porque para poder ser botifler has tenido que ser una persona que ama a su país y finalmente lo traiciona... Alicia Sánchez-Camacho nunca ha amado a Catalunya, siempre ha ido en contra de sus intereses. Y la prueba más fehaciente es que ahora la tenemos de parlamentaria en la asamblea de Madrid y de senadora". La escritora tiene claro que, "como ha hecho toda la vida, vive del dinero público, del dinero de todos nosotros, lleva toda la vida haciéndolo. Y sus cargos, los muchos que ha tenido, para hacernos daño, daño como país, a los intereses de nuestro país..., pero daño también a las personas".
Si Rahola ha empezado el vídeo de hoy con preguntas, lo acaba de la misma manera, con otra pregunta: "¿Cómo mirará a la cara a nadie este personaje, miserable, delator, cortesano, lacayo? ¿Cómo nos mirarás a todos a la cara, Camacho? ¿Por eso has huido a Madrid, verdad? Para que no te veamos el careto... Vamos sabiendo y sabiendo y sabiendo cada vez más informaciones sobre aquellos tiempos turbios dónde valió todo para destruir el independentismo. Pero también va bien poner nombres propios. Porque no sólo hubo cloacas y policías oscuros y tramas corruptas. Hubo personas concretas con nombres y apellidos, a las cuales hemos saludado, hemos dicho 'Buenos días' y nos hemos encontrado en recepciones y Parlaments. Y estas personas mientras nos iban sonriendo, iban delatándonos a la policía para que nos destruyera":