No hace ni una semana que se ha constituido el nuevo parlamento español y ya se ha consumado la aberración que muchos temían que pasara: la mesa del Congreso de los Diputados decidió ayer suspender a los presos políticos escogidos democráticamente en las urnas y tiró a la papelera el voto de los catalanes el pasado 28-A.

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La escritora y periodista Pilar Rahola, indignada con la decisión de la cámara, estalla en la red y denuncia la anormalidad democrática en España: "Los letrados avalan la suspensión de los presos políticos electos. Que suspenda, al mismo tiempo, a millones de catalanes que los hemos votado es bien igual. El sufragio universal, cuando se trata de los catalanes, se considera pura basura. Todo atado y bien atado". Si ahora se alteran las mayorías, el ejecutivo español lo tendrá bastante fácil para gobernar sin tener que negociar nada con los diputados independentistas. Tanto da cuál fuera el resultados de las urnas en Catalunya.

Pero la crítica mordaz de Rahola ha recibido enseguida la contrarréplica de Álvaro de Marichalar, excuñado de la infanta Elena, que ataca a la periodista catalana y la insulta: “Nuestra compatriota Pilar calumnia y miente porque envidia y odia a todos los que ponen en evidencia su flagrante bajeza intelectual y moral. El aristócrata español, enloquecido contra Rahola, intenta ridiculizarla pero quien queda en evidencia es él mismo.

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Rahola y Marichalar, enfrentados por los presos políticos catalanes. La periodista catalana querría que el voto de los catalanes valiera lo mismo que el del resto. El excuñado de la infanta no quiere ni ver a los diputados indepes en el Congreso. Que cada uno saque sus propias conclusiones.