Las elecciones francesas de este domingo han dejado clara una cosa que se venía advirtiendo los últimos tiempos. Ya lo advertían las portadas de los diarios progresistas franceses a lo largo de esta semana. "Extrema derecha, un peligro más que nunca," titulaba Libération el jueves pasado. Y el viernes lo advertía el director de Le Monde en su editorial: "El rol del diario no es dar apoyo a un candidato. Pero ante el riesgo de la abstención llamamos a todo el mundo a votar y afirmamos que las candidaturas de Marine Le Pen y Eric Zemmour son incompatibles con todos nuestros principios". Y así ha acabado pasando: la extrema derecha era un peligro y ha sumado este domingo un tercio de los votos. ¿Cómo ha sido posible? Nada de todo eso se entiende sin la estrategia de Marine Le Pen cuando se puso al frente del entonces Frente Nacional, hoy Reagrupamiento Nacional. Por no hablar de la irrupción del polemista Eric Zemmour, todavía más radical que Le Pen, que ya es decir.
Pilar Rahola se ha hecho eco, evidentemente, y empieza su Palabra de Rahola de este lunes en su canal de YouTube con una certeza: "Es un hecho, o así lo quiero creer, que somos muchísimos europeos que hoy, leyendo 'Liberation', nos hemos quedado con su portada cuando dice 'Ahora sí, esto empieza a dar miedo'. Obviamente hablan de los resultados extraordinarios de la extrema derecha francesa, que está coqueteando con la posibilidad de llegar al Eliseo con mucha fuerza. La esperanza hace creer que será Macron quien ganará, pero que la extrema derecha más funesta de Europa podría hacer caer en sus manos Francia, es un susto". Y más, teniendo en cuenta, como bien apunta la escritora, que "la señora Le Pen ha sido una entusiasta defensora de Putin".
Rahola, sin embargo, se pregunta si esta portada "¿es sólo lo que ha pasado en Francia? Que el susto francés no nos haga olvidar otros susto. Como por ejemplo, la enésima victoria de Viktor Orban en Hungría, que ha arrasado en las elecciones de este domingo después de doce años en el poder. Un Orban que es extrema derecha, es pro Putin. Y un tercer país, no Unión Europea, pero sí europeo. Aleksandar Vucic en Serbia. El partido de la extrema derecha serbia, con todo el dolor y el mal que hicieron, los planteamientos más brutales y extremistas durante toda la guerra de Yugoslavia, pues desgraciadamente Vucic ha ganado en la primera ronda de las presidenciales con un 60%, otro entusiasta de Putin".
En un abrir y cerrar de ojos, la extrema derecha en Francia, Hungría y Serbia, más visible que nunca. Rahola avisa: "Le Pen, Orban, Vucic... y para acabar de tener malas noticias, podíamos leer también un sondeo de 'Il Corriere della Sera' que dice que en las elecciones de mayo en Italia, Fratelli d'Italia, de Giorgia Meloni, la lideresa de la extrema derecha italiana, vinculada a los movimientos fascistas italianos del pasado, arrasaría en Italia... Si sumamos a todo eso, Geert Wilders, la extrema derecha holandesa y sus relaciones con Rusia, los países escandinavos... y aterrizamos en España, donde Vox no para de crecer en las elecciones y en las encuestas...". El partido ultra español de quien Rahola alucina con su posición respecto a Putin, que ha sido "más que peculiar, porque toda la extrema derecha europea es pro Putin: este (Abascal) también lo era, y ahora no se acuerda, pero en los congresos que ha habido de la extrema derecha en Madrid, la ambigüedad ha sido más que calculada". En todo caso, Rahola ve cosas "nefastas en estos momentos: el aumento de la extrema derecha europea, un mapa preocupante en Europa. Lo que pasa en Francia no es una casualidad, es todo un movimiento, algunas veces alimentado o bendecido por Putin que está conquistando la Europa de las libertades y de los derechos. Es una extrema derecha que no quiere imponer un estado fascista, sino que quiere vaciar de contenido democrático las democracias tradicionales, cosa muy preocupante". Con una reflexión final demoledora: "Ya es curioso que estos ultrapatriotas que están en contra de la independencia catalana y que han fustigado a los independentistas catalanes por sus pretendidas relaciones con Rusia, resulta que son los que realmente las tienen y las tienen además, con apoyo logístico y económico". En definitiva, "preocupación por Francia... Y por Hungría. Y por Serbia. Y por Italia. Y por Noruega. Y por Suecia. Y por España":