La convocatoria de elecciones generales españolas ha dinamitado un panorama político que ya venía agitado de las municipales y autonómicas del 28-M. La derecha españolista va fuerte, el PSOE y sus aliados todo lo contrario. Se huele una tragedia de dimensiones faraónicas si no ponen remedio a la sangría de votos. Reorganizarse, juntar fuerzas, ir todos a una... este es el milagro que necesita Pedro Sánchez, Yolanda Díaz, Irene Montero y compañía. Negro, negrísimo. Una situación similar es la que está viviendo en Catalunya Esquerra Republicana, que ha perdido apoyo a espuertas en los últimos comicios por una razón clara: sus prioridades han cambiado tanto que sus votantes se han largado. O se han quedado en casa o han escogido otras opciones. ¿Qué prioridades? Pilar Rahola la manifiesta de manera meridiana en un nuevo 'Palabra de Rahola' en su canal de Youtube.
La escritora cree que los republicanos "no han leído de manera crítica los malos resultados electorales que ha sufrido este tsunami que le ha pasado por encima y se le ha llevado centenares de miles de votos. Evidentemente hay muchas contingencias que explican una pérdida tan severa o un castigo tan importante. Pero hay una que es fundamental y que yo creo que es indiscutible, ni ellos mismos la pueden discutir: Esquerra Republicana se fue del eje nacional, dejó de priorizar la independencia y los objetivos nacionales y se fue hacia el eje ideológico a priorizar las izquierdas y el bla, bla, bla. Es decir, cómo decían en los años treinta: o la nación o la revolución. Y ahora ha decidido no la revolución, porque no estamos en aquel momento, pero ha decidido aparcar la nación e ir hacia la revolución. Es decir, hacia las ideas que se dicen de izquierdas, que a veces algunas son bastante reaccionarias. Pero eso sería otro debate".
Rahola lo tiene claro: "Si te dice el electorado de una manera tan brutal y masiva, que hablamos de 300.000 personas en un país pequeño, y que ha pasado cuando has dado el giro estratégico y has abandonado la estrategia unitaria y te has ido a hacer alianzas en Madrid con el PSOE y etcétera, cuando todo eso ha pasado y encima no has gobernado bien y no has conseguido nada para Catalunya en los pactos que has hecho: ¿cómo no lees que lo que está pidiendo la ciudadanía es que priorice el tema nacional?" En este sentido, el pacto anunciado con Bildu para ir al Senado de la mano bajo la denominación "Izquierdas por la independencia" no sería la solución: "Bien, nos iremos con los vascos o con una parte de los vascos. ¿Y entonces? ¿Qué sentido tiene eso? Porque en un Congreso y en un Senado que será muy azul, donde habrá un PP feroz y un Vox todavía más feroz, y un PSOE que, por otra parte, tampoco nunca nos ha ayudado, hubiera estado muy bien que como mínimo en una de las cámaras hubiera una cierta unidad". Pero que no haya una lista unitaria catalana no es solo culpa de ERC, ni mucho menos: "Yo creo que nadie ha hecho el trabajo, o quizás faltaba muy poco tiempo, era demasiado precipitado y vienen de muchas heridas y todo era muy complicado. Podría ser. Yo creo que la política es el arte de lo imposible y tendríamos que clavar los codos y trabajar. Pero no lo han hecho". El pacto con los abertzales no acaba de entenderlo: "Son los vascos. Es decir, son sus intereses. ¿Y qué haréis, defender las naciones? ¿De qué manera? ¿Cómo? ¿No habría sido mucho mejor una voz fuerte en favor de Catalunya, que es el conflicto que está abierto en estos momentos y el que mucha gente no ha dejado de mantener abierto, a no ser que lo hayas abandonado y que ya creas que de momento no toca?"
Pilar sostiene que estamos ante un error, porque "era el momento de levantar la bandera y de decir escúcheme, nos hemos equivocado. Volvemos de donde venimos porque, cómo decía Alfred Bosch, si el partido independentista histórico deja de priorizar la independencia, ¿qué caray es? ¿Un partido más de los arcos ideológicos?" La madre del cordero, la batalla izquierda-derecha. "¿Y qué quiere decir eso? Hombre, hay derechas muy claras: el PP, Vox. Y hay izquierdas muy claras, Podemos, pero en el resto hay un gran espacio central donde todo el mundo se mueve. Estamos todos un poco en el mismo lugar. Y aun así, izquierda, izquierda. Muy bien, pues vayan para allá, vayan a hacer como en los años 30, la revolución, porque la nación todavía no toca. Y nos robarán la nación. Y ustedes no harán la revolución. No entiendo de ninguna de las maneras que después del porrazo tan brutal no hayan rectificado un mínimo con respecto a la priorización del eje de izquierdas, es decir, el eje ideológico. Pero sin embargo tampoco me extraña, porque el que tendría que hacer la máxima autocrítica que es Oriol Junqueras no solo no la ha hecho, sino que va por los platós de televisión como si hubiera ganado las elecciones. "Estoy muy enfadado, soy el que estoy más enfadado", enfádate contigo mismo, ciertamente, pero además haz otra cosa, porque es tu estrategia la que os ha hundido y la que ha roto la unidad independentista".
Rahola cierra en dos fases, primero con un acto de reivindicación como independentista catalana: "No estamos luchando por tener unas estructuras de estado sólo, estamos luchando por salvar la nación catalana. Yo soy nacionalista y lo digo sin ningún tipo de pudor, porque me he metido en este gran lío toda la vida para salvar mi nación, que está en peligro y la nación quiere decir la lengua. Quiere decir la identidad, quiere decir la memoria. Claro que estamos hablando de una nación plural y moderna del siglo XXI, con los derechos establecidos y con gente de muchas procedencias. Pero queremos salvar la nación. No me sirve un Estado propio si hemos perdido la nación y la nación se puede perder". Después, el aviso final a Esquerra, hay "que dejarse de tonterías y empiecen a priorizar el eje nacional, la gente ya está cansada. La gente lo hizo, los ciudadanos lo hicieron. Gente diversa, con pensamientos diversos, con modelos diversos, priorizaron el objetivo del conflicto catalán y de su salida. No lo sé. Tengo la impresión que Esquerra Republicana, con este pacto con Bildu ha hecho aquello tan castizo y español de "Sostenella y no enmendalla"".