El debate entre los candidatos de los principales partidos de la política española, el cara a cara Pedro Sánchez - Alberto Núñez-Feijóo, ocupa, preocupa, excita y deprime a los futuros votantes y abstencionistas de las generales del próximo 23 de julio. El combate, a priori, prometía. El presidente contra el aspirante en un plató, aquello que el pepero había rehusado durante tanto tiempo. Con un matiz, jugaba en casa. En Atresmedia. Vicente Vallés, altavoz de las derechas españolistas en Antena 3, y Ana Pastor, a la que la capa de superheroína de la objetividad le cayó hace tiempo (como a su marido Antonio García Ferreras), permitieron una orgía de mentiras del protegido Feijóo. Caray, Pastor, todo el rollo de Newtral y el fact-checking y al final, mira. Sánchez, incapaz de digerir la situación, acelerado y descolocado, acabó por los suelos. Pero no por capacidad del socio de VOX, un bluf que ya se lo encontrarán. Sánchez fue su peor enemigo y dilapidó todo lo que había ganado días atrás desmenuzando a Pablo Motos y a Ana Rosa Quintana. Mal día.
Este es el gran resumen en clave española de lo que pasó ayer en las instalaciones de Atresmedia, y el monotema de los opinadores de la meseta y periferias. Muy bien. Pero hay que hacer más preguntas, el análisis no se puede quedar aquí. Con respecto a Catalunya, por ejemplo, el circo televisado no es más que eso: puro entretenimiento. Como ponerte Netflix, Cites o 'La que se avecina'. Pasar el rato, punto. Esta pareja no traerá ninguna buena noticia, ningún avance, ninguna solución a los problemas del país. Primero porque no nos consideran como tal. Somos otra cosa. Pilar Rahola dedica un vídeo muy jugoso para definirlo, presten atención.
Pilar Rahola, las claves catalanas del cara a cara Sánchez - Feijóo
Catalunya interesa a España, comienza Pilar. ¿Pero cómo? "Como carnaza para su cacería mutua. Una vez y otra se tiraron a Catalunya por la cabeza. Uno decía que nos habían domesticado y estábamos ahora quietitos, serviles y sumisos. El otro decía que hacía falta que nos domesticaran. Es decir, uno utilizaba la idea de que él había pacificado Catalunya, se olvidaba de las porras, las togas, etcétera, y el otro decía que se estaba aliando con los golpistas porque se ve que todavía no tenía bastante". No somos más que "la colonia a conquistar o la colonia ya conquistada. Pero en ningún caso somos un sujeto nacional que hay que tener en cuenta y sobre el cual hay que debatir". La escritora parafrasea a Carles Puigdemont, "a la hora de la verdad, cuando gobiernan son solo los guardianes del estado profundo, el estado unitario y el estado que no se toca, el estado que no se cuestiona, el estado que se impone. Y aquí Feijóo y Sánchez, Sánchez y Feijóo son exactamente lo mismo. De manera que con respecto a los derechos nacionales catalanes no hay grietas. Sánchez lo único que ha hecho es zurrarnos con más simpatía. Y los otros ponen peor cara, pero siguen negándonos los mismos derechos". Una lectura cruda, pero absolutamente acertada.
PSOE y PP, unidos por su concepción de Catalunya: una colonia
Más reflexiones en torno al duelo desde la perspectiva catalana, y dirigida a la gran pregunta que se hace buena parte del independentismo de cara a la cita con las urnas. Votar o no votar, tener o no representación en Madrid: "Tenemos que estar allí para alzar la voz, porque los espacios no se pueden nunca dejar desocupados, allí donde haya una grieta tenemos que estar para hablar de Catalunya. Pero es evidente que se tiene que ir para plantar la bandera. Se tiene que ir para decir las cosas claras, para recordar al mundo que hay un conflicto y sobre todo, para no venderse por cuatro platos de lentejas". El toque de atención es implacable: "Si alguien quiere los votos de estos, de los insumisos, de los golpistas, de los sediciosos y etcétera, hay que poner encima de la mesa el conflicto catalán. Y si no se pone la lengua, la lengua que nos la están destruyendo y los derechos nacionales, no tenemos nada que hacer ni tenemos que ir allí. Tenemos que decir en su cara todas las vergüenzas que hagan falta y destapar sus miserias. Pero que no cuente Pedro Sánchez con que los votos de los catalanes se venderán baratos como hasta ahora ha pasado, porque si eso vuelve a pasar, algún partido quedará quemado para siempre". Más mensajes en este sentido: "Tenemos que reconstruir las fuerzas independentistas, tenemos que volver a crear un relato unitario y una estrategia unitaria. Y sobre todo tenemos que tener claro que esta España, la España de Feijóo y de Pedro Sánchez, a los catalanes, como catalanes, no nos quiere: solo nos quieren como españoles. Ni defendiendo nuestros derechos, ni nuestros intereses económicos, ni nuestros intereses estratégicos, ni nuestra lengua, ni nuestra memoria. Solo nos quieren como la gran ubre de la cual sacan todo lo que pueden, que tienen colonizada y que quieren sometida".
Rahola remacha la idea: "Solo quieren decir o que ya estamos sometidos o que nos someterán. A Catalunya no la quieren como Catalunya. A los catalanes nos quieren como españoles y a Catalunya la quieren como una región española. Y aquí no hay diferencias. Pedro Sánchez - Feijoó, tanto monta, monta tanto. Todos nos quieren fastidiar".