5 días son los días que quedan para que Catalunya empiece una nueva etapa, con la elección del 133.º president de la Generalitat. Cada vez queda más claro en que se trata de un combate entre dos fuerzas: o la restitución de Carles Puigdemont, quien vuelve después de 7 años de exilio y de lucha contra la maquinaria represiva española, o Salvador Illa, el candidato socialista que se ha presentado durante la última legislatura como el "presidente en la sombra". Estas dos fuerzas políticas, Junts y PSC, monopolizan las quinielas. El candidato de Pedro Sánchez parece con ventaja, pero el camino es largo, lleno de obstáculos, y el panorama es muy cambiante. Todo está por decidir.

Pilar Rahola sigue de cerca todo lo que pasa en la campaña electoral, y sus sensaciones son de enorme optimismo. No esconde, ni mucho menos, su apuesta por Puigdemont. Considera que su vuelta es una de las mejores noticias de los últimos tiempos, aunque llegue muy tarde y pagando un precio personal altísimo. Con respecto a la situación política del país, la confianza en su figura es plena y fundamentada. Lo considera la alternativa real y legítima del independentismo catalán. Y por eso es tan temido en Madrid por socialistas, populares y el resto de parroquia unionista. Tanto es así que "esta campaña va de Puigdemont, Illa, Illa, Puigdemont. O por decirlo de una manera más rigurosa: va de Puigdemont, Sánchez, Sánchez, Puigdemont. Porque es el presidente Sánchez el que ha españolizado la campaña catalana con toda su gran farsa, su grande espantada".

Carles Puigdemont en Argelers / Foto: Montse Giralt

Rahola apunta que la diferencia entre el líder en encuestas y sondeos, el PSC de Illa y del presidente de UGT Catalunya Matías Carnero, se está acortando. "Junts al alza que puede hacer sorpasso, y que en algunos trackings ya está claramente en empate técnico. Illa parece que gana, pero faltan días. Se le puede calentar el cava porque es posible que Junts, si pega el impulso final, llegue a ser el ganador". Sin embargo, el resultado de las urnas no será definitivo para conocer el nombre del próximo gobernante: la aritmética, los pactos y las alianzas serán clave."Ninguno de los dos lo tiene seguro y una segunda vuelta sería probable o posible", advierte la escritora. En todo caso, defiende la figura de Puigdemont como la "del hombre que tenía que ser presidente de la Generalitat y que no pudo serlo por la represión del Estado, sobre quien cayó encima la farsa española que lo ha perseguido durante siete años por todo el territorio europeo, que ha luchado en los juzgados internacionales, que ha sido encarcelado en Italia y en Alemania y en los dos lugares vencedor". Un hombre "que está a punto de volver".

Salvador Illa y Pedro Sánchez / Foto: Carlos Baglietto

La escritora cita al cantante y exdiputado Lluís Llach, "que decía que era una cuestión de dignidad nacional votarlo. Es evidente que estamos hablando de la restitución del presidente legítimo. Vamos más allá de un proyecto político, vamos más allá de unas siglas de partido, mucho más allá". Habla de "la dignidad de un pueblo del que su presidente legítimo ha tenido que estar siete años viviendo en el exilio, cazado y perseguido de la manera más brutal por todos los estamentos de un estado que debe haber gastado una fortuna persiguiéndolo, y que además lo han deshumanizado de manera enloquecida, que lo han atacado furibundamente, y que, sin embargo, lo tenemos aquí decidido a volver incluso con el riesgo de que lo encarcelen". Subraya que "sería incomprensible que este presidente que tuvo que ir al exilio por la defensa de la causa catalana retorne sin haber ganado en su propio país. Es posible que pase, pero no sería bueno. Tiraríamos atrás muchos años de lucha catalana". Hace un llamamiento a los sectores del independentismo que todavía dudan, que habían quedado decepcionados de las últimas experiencias en las urnas.

Las urnas, preparadas / Foto: Sergi Alcàzar

Carles Puigdemont, concluye, es el presidente que el país necesita por dignidad. La que le hurtaron a él y a todos sus votantes. "Faltan pocos días. La dualidad, el binomio está claro. O Pedro Sánchez, españolizando la campaña, sale vencedor y se refuerza, o tenemos en la Generalitat de Catalunya un presidente que se llama Carles Puigdemont, que cuando pacta, pacta duramente. Que podemos imaginar qué será capaz de hacer si es presidente de la Generalitat, que no se deja vencer fácilmente y que, además, retorna triunfador al país que ha tenido que dejar durante siete años. Está muy cerca. Es posible".