Los catalanes tenemos en Pilar Rahola a una periodista y escritora afilada, valiente, que incomoda con datos y opiniones bien formadas. Pero su influencia va mucho más allá de nuestras fronteras y de nuestras luchas habituales. Y no hablamos solo de España: a miles de kilómetros de aquí, la voz de Pilar es demandada, escuchada y respetada. Por ejemplo, en Argentina, país de dónde ha vuelto hace pocas semanas. Allí la vimos, por ejemplo, en el programa de televisión de la veterana Mirtha Legrand, un tótem de la comunicación, opinando sobre la actualidad del país con gran conocimiento y, claro que sí, dejando pildoritas sobre lo que pasa en Catalunya, en España y en la Casa Real, por ejemplo. Rahola no es una desconocida en Argentina. Y precisamente por eso, lo que ha pasado en el ámbito judicial en las últimas horas ha provocado una reacción inmediata en su canal 'Palabra de Rahola'.
Hablamos de la condena a 6 años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La consideran culpable de un delito de "defraudación al Estado", aunque el tribunal ha desestimado el cargo de asociación ilícita, por el cual la pena podría haberse disparado hasta los 12. La Kirchner ha sido una especie de deidad durante décadas en Argentina, intocable con mayúsculas. La tormenta de acusaciones de corrupción salvaje que rodeaban a su figura era una llovizna imperceptible para la presidenta. Ahora, sin embargo, la cosa ha cambiado bastante. Cristina no pisará la cárcel por ser inviolable como actual vicepresidenta, pero el golpe a su reputación es demoledor. Y Rahola expresa su satisfacción: "Mi felicitación por lo que acaba de ocurrir en Argentina. Después de gozar de tantos años de absoluta impunidad Cristina Fernández de Kirchner ha sido sentenciada. Es cierto que es solo un juicio de los muchos que ha tenido, que el escándalo de corrupción supera todo lo imaginable, y que solo la han sentenciado con 6 años de cárcel y la inhabilitación. Pero es un cambio de paradigma".
Pilar analiza el impacto de esta noticia de tanta relevancia en Argentina. Ve, por fin, luz en la oscuridad que ha reinado durante tanto tiempo: "Daba la impresión que Argentina no se vería capaz de juzgar a la que fue su presidenta plenipotenciaria, y juzgar y sentenciar el enorme escándalo de corrupción que ha sacudido Latinoamérica, el más importante de su historia, al menos en la historia reciente". Celebra la decisión de jueces y fiscales valientes, "Argentina es una tierra de fiscales valientes, como Alberto Nisman (que sabemos muy bien cómo acabó, con su muerte)", contra la Kirchner: "Luciani y al resto de personas de la judicatura han avanzado por un camino tortuoso, difícil y lleno de obstáculos para impartir lo que les corresponde: la Justicia". De la misma manera, denuncia lo que la condenada sigue haciendo, también ahora que ha sufrido este batacazao: "No se cansa de dividir al país. Se ha convertido en el gran separador de Argentina. Es el obstáculo que no permite una vida política normalizada y una democracia saludable. Ha personalizado en ella misma todo lo que Argentina tiene y representa: ella es la República, ella es la Historia, llegó a decir que la absolvería la Historia. Palabras, palabras, palabras. Es una gran demagoga que ha victimizado todo lo que ocurre como si le ocurriera a la República". Dicho de otra manera: "Los escándalos de corrupción de Cristina Fernández de Kirchner no le pasan a la República, ni a cada uno de los argentinos. Le pasa a ella. Ella es la responsable, ella es la culpable, ella ha sido sentenciada. No han sentenciado a Argentina ni a la República, no han sentenciado al sistema". Pero Cristina quiere romper a los ciudadanos "entre los de "conmigo" o "contra mí", una polarización perversa y malvada para intentar zafarse de sus escándalos personales".
La escritora analiza al detalle el legado de Kirchner y su impacto: "Si Argentina tiene un problema económico gravísimo y tiene un problema social, el problema político lo ha generado una mujer, una líder, que actúa como si fuera un auténtico mesías. Y de ahí que los que no siguen la fe religiosa del kirchnerismo, o incluso diría del peronismo, son excomulgados, son herejes, son malvados". Por eso la condena es tan relevante, por eso levantará polvareda. "La rueda de la Justicia ya parece que empieza a funcionar en Argentina. A pesar que tantas veces la he criticado, especialmente por el caso Nisman, que aún no hay nadie sentado en el banquillo, o incluso el propio caso Amia, ahora estamos ante un primer intento de sencillamente hacer el trabajo. Ha sido todo una locura, y sin embargo se han mantenido". Explica que la estrategia de Cristina será la victimización de sus miserias para convertirlas en un arma arrojadiza política. Pero es una trampa: "Ella es la que ha utilizado mal la política para enriquecerse. Y no al revés. Pero en ese proceso lo que intenta es destruir uno de los pilares de la República, que es la Justicia. Es delirante".
Pilar, que conoce bien la idiosincrasia argentina, los envía un último mensaje: "Espero que ganen ustedes el Mundial de fútbol. De momento han ganado un paso de gigante en la lucha de tener una República y una democracia sana, limpia, y sin ninguna duda creíble".