Histórico. El retorno de Clara Ponsatí a la Catalunya Sur y a su país ha hecho tambalearse los cimientos del Estado español. También los de la nación catalana, en un contexto de sensación de anestesia generalizada con respecto a sus aspiraciones soberanistas. El exilio, representado con firmeza por los eurodiputados Ponsatí, Toni Comín y el presidente Carles Puigdemont, no solo no baja los brazos, es que no se rinde ni se rendirá. Y su estrategia está perfectamente pensada, planeada y calculada. La detención a manos de los Mossos d'Esquadra, minutos después de ofrecer una conferencia de prensa en el Col·legi de Periodistes de Barcelona, y retransmitida en directo por todos los medios, no fue una frivolité ni una locura. Ni mucho menos. Y Pilar Rahola la explica con precisión en un nuevo vídeo de su canal 'Palabra de Rahola'.
La exconsellera de Enseñanza y parlamentaria europea ya ha vuelto a Bruselas, después de quedar en libertad a última hora de la noche de una jornada muy intensa. Un día que, como explica Pilar, es todo un símbolo de la causa catalana. "Vuelve a su país como una mujer libre. Cuando quiere, como quiere y porque quiere. No vuelve esposada, ni porque Llarena la obliga, ni por amenazas de la judicatura española. Lo hace con plena inmunidad parlamentaria. Lo que está diciendo a la Catalunya interior que hace falta preservar el mandato del 1 de octubre y confrontarse con un Estado represor". Es la máxima expresión de la libertad ante la humillación permanente ejercida contra el independentismo y el exilio. Rahola destaca, además, que la puesta en escena es un ejercicio político de primer orden bien ejecutado: "Ha hablado y lo ha preparado con Carles Puigdemont, con Gonzalo Boye, con el exilio. Y en su vuelta está implícita la preparación del retorno del presidente Puigdemont, que pasará antes de que acabe el año, pendientes como estamos de la sentencia del Tribunal General de la Unión Europea. Era importante hacer un primer testeo. Se tenía que saber como reaccionaba Llarena y el Gobierno, como reaccionaba el Gobierno catalán, y como reaccionaba el Parlamento Europeo. Clara Ponsatí podía ser detenida, pero no podía ser encarcelada porque sus presuntos delitos no tenían pena de cárcel. Pero el presidente Puigdemont sí, van a por él. Por lo tanto hay que saber cómo reaccionarían ante su inmunidad parlamentaria". Y vaya si lo hemos sabido,.
La escritora pasa a analizar todas consecuencias. Y el primer señalado es, considera, el Gobierno de la Generalitat. "Una vergüenza enorme, conseller Elena. Lejos de preservar la inmunidad parlamentaria y de no permitir la ejecución de una detención, tenemos un Gobierno tan asustado que han dicho, 'Mossos, corriendo, a detener.' Tendría que ser motivo de dimisión". El segundo es Pablo Llarena, el juez del Supremo español que impulsa la persecución sistemática, el acoso, el sin sentido."Empieza a darse cuenta de que va perdiendo todo en Europa y queda retratado. Ha sido relativamente prudente: detención, sí, cuatro horitas de llamadas y conversaciones, y al final, que salga. No lo tienen nada claro, ¿eh? Saben perfectamente que detener a una eurodiputada con inmunidad plena es gravísimo. Y como lo sabe, lo ha hecho a medias. Pero el acto de detenerla tiene que tener consecuencias jurídicas en contra de aquellos que lo han hecho. Las está viendo venir, por mucha euforia que haya en los titulares de la prensa española, no les salen bien por ningún lado. El exilio los está derrotando. Ponsatí derrota a Llarena y a España, y Puigdemont está derrotando a España en los tribunales Europeos. Su vuelta será una victoria del exilio y de la causa catalana". Tercer señalado, Europa. El Parlamento y su presidenta, concretamente: "No han reaccionado adecuadamente, no saben qué tienen que hacer o si lo saben, no han osado hacerlo. Eso tiene que tener un recorrido jurídico de enorme importancia. La señora Roberta Metsola, presidenta del Parlamento, está obligada a preservar la inmunidad, es la guardiana. Y no ha estado a la altura. Ha sido indigna, escondida bajo tierra, pero pasarán cosas".
El análisis final de Rahola es implacable. "El exilio da una nueva lección de dignidad, de valentía, de confrontación y de libertad a muchos políticos de medio pelo. Y lo que es más importante, es la antesala de lo que pasará con el president Puigdemont. Tenemos que empezar a prepararnos". La partida de ajedrez ha entrado en una fase definitiva, con un matiz que no es menor: "Ni Clara Ponsatí, ni Toni Comín, ni el presidente Puigdemont vienen individualmente a resolver un tema personal. Vienen a hacer política, no son Serret o Gabriel, que fueron corriendo a Madrid a decir 'buenos día, señor Llarena,' en español y en castellano, la gran revolucionaria. Estos son actos individuales para salvar los muebles, cosa que se puede hacer, también es comprensible. Pero no es un acto político, este lo está haciendo el exilio. De combate. De confrontación. De defensa del mandato del 1 de octubre. Y ayer, con Clara Ponsatí, tuvimos el primer test".
Acaba Pilar con un agradecimiento sincero y generalizado, le sale del corazón: "Glorioso, extraordinario, gracias. Muchas gracias, Clara. Gracias Presidente Puigdemont, gracias Boye, gracias Toni Comín, gracias exilio. Gracias para mantener la dignidad y la causa en nombre de todos".