Los Reyes son los protagonistas de este 6 de enero. Unos nos hacen felices, los Magos. Otros, como el español Felipe VI, nada de nada. Todos ellos, sin embargo, acaparaban la atención de Pilar Rahola. Y todos han cumplido sus expectativas. Especialmente, claro está, el inquilino de Zarzuela, que dirigía su tradicional discurso de la Pascua Militar. Rahola lo ha hundido merecidamente, después de oír unas palabras "vacías, fatuas, de tomadura de pelo. Nos hace pensar que o este rey es de cartón piedra, un fake, o que nos trata como auténticos imbéciles".
Felipe no ha osado molestar a su guardia pretoriana, la cúpula militar, armada y profundamente antidemocrática. Eso sí: se ha disfrazado a conciencia para llenarse la boca con la legitimidad de una Constitución que utiliza según le interesa. Le recuerda, entre otras cuestiones, una realidad incontestable: "Felipe VI, que no has pasado por las urnas. Te impuso un dictador atroz. ¿Por qué no eres valiente? Votemos: monarquía o república". El discurso de la escritora vale enormemente la pena.
"El papel de un rey es estar a la altura. Tú, como siempre, no lo estás". Ni está, ni se le espera. La Corona española es oscura, cobarde y un imán para el escándalo. Rahola nos representa a muchos. El rey, sólo a la España más negra.