Los Parlamentos de Catalunya y España han entrado en ebullición este martes 26 de septiembre. Como si se tratara de la rivalidad de dos cadenas de televisión, las cámaras de Barcelona y Madrid se han contraprogramado con sesiones extraordinarias. A un lado, el Debate de Política General. A 650 kilómetros, el debate de investidura a la presidencia del gobierno. Dos citas de envergadura que Pilar Rahola ha seguido con atención, y de las que ha extraído un análisis implacable, contundente y de claridad meridiana. También sorprendente, vale la pena.

Rahola comienza por las palabras del presidente de la Generalitat, y lo hace con una sentencia: "Un discurso muy triste. Sin alma, sin fuerza, más dedicado al juego político que a hacer de líder de su partido. Me ha parecido que no era Aragonès, que era Junqueras; que no era el presidente de la Generalitat, era el líder de Esquerra Republicana. Y por lo tanto, mezclando todo el tema de Madrid, de si los pactos con Sánchez, si la amnistía o si la autodeterminación". Considera que en sede parlamentaria solo se han oído "buenas intenciones, pero nunca la letra pequeña. Era un discurso falto de alma, falto de objetivos, con mucha proposición, pero de ninguna manera de acción". En definitiva, "un error por parte del presidente de la Generalitat haber utilizado el debate de política general, que es el gran discurso, el discurso maestro, para hacer una rueda de prensa sobre cómo se lo harán con Pedro Sánchez, o si la amnistía la tienen cerrada o no la tienen". Considera que "haciendo este tipo de discurso quedan desmentidos al momento, porque después el presidente Puigdemont ha salido y ha dicho esto: "lo que diga Esquerra a mí no me concierne".

Pere Aragonès / Foto: Carlos Baglietto

Aragonès "hablaba de Catalunya, "Catalunya ha derrotado a VOX", en fin. El independentismo quizás ha conseguido frenarlo junto con los socialistas, pero hay una Catalunya que ha votado a Vox, y que también ha votado al PP. Y en todo caso, él es el primero que sabe que su partido nunca ha jugado a sumar en las estrategias en Madrid. Por lo tanto, me ha parecido que me faltaba la carnaza necesaria de un presidente de la Generalitat para explicarme el país, pero explicarme el país de futuro, no las cosas que han hecho, que todas eran triunfalistas. Ninguna autocrítica en ningún sentido, ninguna propuesta que fuera regenerativa y mucha declaración de rueda de prensa. Más mitin que Debate de Política General. Más Junqueras que Aragonès, más líder de partido que presidente de la Generalitat". Y bastante.

En segundo término, Pilar nos ofrece su punto de vista sobre la intervención de Alberto Núñez-Feijóo en el atril de la Carrera de San Jerónimo. Le otorga una virtud, el de la habilidad. "Feijóo tenía muy claro que la única manera de ser presidente era conseguir apelar a algunos votos, a 4 abstenciones en la segunda vuelta, a algunos diputados que se sientan heridos, apelados porque España se hunde. No es un discurso radical en las formas, no es Aznar, no es la cosa bronca que dirían ellos, ni es tampoco Abascal. Es un discurso mucho más centrado, con añoranza de tiempos pasados. Por ejemplo, cuando plantea el eje ideológico a Junts y al PNV: "Escuchad, a vosotros no os han votado para que se apliquen las políticas de Podemos. Estáis más cerca de mí". Cree que el gallego "añora el Majestic, añora las épocas de Pujol". Sin embargo, no ha dejado de ser duro contra los enemigos y fortalecer las penas para castigarlos: "La de malversación y también una nueva que sería un delito contra la Constitución. En cambio, no dice nada de echar atrás el tema de la sedición".

Alberto Núñez-Feijóo / EFE

Rahola cree que Feijóo "intentaba ser una derecha a la europea, un poco más avanzada, más racional. No ha pronunciado un discurso criminalizador. Incluso ha dicho que podía entenderse en muchas cosas con Junts y con PNV. Y en este sentido parecía más moderado. Pero después se ponía el traje de Génova, de las Ayuso y de los Aznar, y era cuando salía el "eso no puedo admitirlo". Estoy convencida de que el pacto del Majestic que hizo Pujol habría sido, en su caso, la oferta justa para aceptar la amnistía. Pero eso no se lo puede permitir Feijóo porque es esclavo del partido. Es un alma en un cuerpo que no le corresponde, que lo domina completamente". Atención a lo que dice: "Yo no daría nada por descartado, porque parece claro que no puede sacar adelante la investidura, pero el discurso que ha pronunciado ha sido muy inteligente. Lo ha planteado en términos de grandes conceptos. Ha apelado a los socialistas utilizando a Nicolás Redondo, utilizando a Felipe y Guerra, hablando del espíritu de la Transición. Y después ha hecho una cosa bastante importante, ha dicho a todos ellos: "estos socialistas son patriotas, a estos socialistas yo los aplaudo. Es usted, señor Sánchez, el que está errando y traicionando el concepto y la democracia, la transición y etcétera". A  la desesperada, decirles a aquellos que "quizás podían llegar a abstenerse "os acogeremos". Los Tamayazos "serían rápidamente tildados de grandes patriotas, de grandes socialistas y de ejemplo a seguir. Por eso se ha dedicado a construir la argumentación para justificar que hubiera cuatro abstenciones, cuatro tamayitos patrióticos".

Aunque "no parecía un debate de investidura, parecía una moción de censura o en todo caso, una petición de baile dirigida a aquellos que podrían votarlo", cree que el del PP ha jugado bien sus cartas. Ahora la pelota queda en el tejado de Pedro Sánchez, quien no ha respondido al candidato popular, pinchándole el globo. "Feijoó lo ha puesto difícil, pero si no consigue estos 4 que necesita, habrá sido un ejercicio retórico más o menos bien planteado, pero si no tienes el poder, no tienes nada. Y seguramente entonces será su muerte política". En definitiva, "Aragonès haciendo de Junqueras, haciendo de líder y no de presidente. Y Núñez Feijóo, añorando el pujolismo. Dos discursos que podrían ser mejorables, pero en todo caso han sido interesantes".