Este fin de semana se ha producido un hecho que es de auténtica justicia. Se ha acabado la pesadilla de un hombre injustamente perseguido, vilipendiado, amenazado y maltratado. Josep Miquel Arenas, Valtònyc, ha vuelto a casa. A su Palma. 5 años después de tener que marcharse a Bélgica para poder enfrentarse contra la maquinaria represiva del Estado español, habiendo perdido a una madre de la que no pudo despedirse, de haber llorado, sufrido y luchado, Valtònyc ha vencido. España ha sido derrotada. Su deriva inquisitorial ha quedado destruida. Es un triunfo de la libertadm, pero especialmente es un triunfo de Josep Miquel. Sin su perseverancia, sin su valentía y sin su determinación, el mallorquín sería un número más del sistema penitenciario español. Una víctima más. Valtònyc ha cambiado la historia. Enhorabuena.
Pilar Rahola analiza el retorno del protagonista, al haber prescrito el delito que los jueces y fiscales españoles le querían atribuir, y no puede esconder su emoción, alegría y empatía. "Querido Valtònyc", así empieza su nuevo vídeo en el 'Paraula de Rahola'. "Este retorno ha llenado de felicidad a toda la gente que lo estimamos, lo admiramos, lo hemos seguido y creemos que realmente se ha convertido en un gran símbolo de libertad. Valtònyc ha vuelto a casa porque ha ganado a España. No es que España haya rectificado o haya modificado las leyes de las injurias a la Corona y toda aquella parafernalia, no haya dejado de perseguir la libertad de expresión. Pablo Hasel todavía está en la cárcel. Si no porque él los ha derrotado en los tribunales, es decir, España no ha tenido otro remedio que permitir que volviera, porque Valtònyc ha ganado y España ha sido derrotada". El exilio vuelve a demostrar su valía, su utilidad. El sacrificio no es en vano: "Si no se hubiera marchado de España, habría ido a una prisión española, no habría tenido libertad para luchar por sus derechos fundamentales y por los derechos de todos y, en consecuencia, no habría vencido a España. Si Valtònyc, por lo tanto, ha conseguido volver libre y venciendo, es porque se fue. Porque hizo el camino del exilio hace cinco años, un camino que es durísimo. Un camino que lo ha tenido durante mucho tiempo con una etiqueta en los ordenadores policiales belgas, "búsqueda por terrorismo", con lo que ha significado de dificultades para moverse, para trabajar, para avanzar".
Valtònyc ha encontrado grandes aliados en Bélgica, aunque su triunfo solo tiene un responsable: él mismo. "Hay mucha gente, Lluís Puig, el propio presidente Puigdemont y otra gente que ha estado a su lado, pero la lucha ha sido personal. Y se ha mantenido, hubiera podido quedarse en España y estaría en una cárcel. Hubiera podido intentar sobrevivir como fuera, esconderse. Decidió ir al exilio y el exilio, como se ha demostrado también en el caso del presidente Puigdemont, de Toni Comín, ha sido enormemente útil para quitarle la máscara a España, para sacarle las miserias y desnudar la democracia española, tan herida y tan perversa en tantos aspectos. Por todos aquellos que menosprecian el exilio o que se ríen o que creen que es un paseo, una buena vida, hay que decir que el exilio es durísimo. Que Valtònyc lo sabe en propia piel, como ha sido de duro, pero que optó por buscar la justicia en tribunales extranjeros, que no podía de ninguna manera conseguir en los tribunales ideológicos y represivos españoles." Rahola recuerda, además, un hecho importante: Josep Miquel ha conseguido un hito histórico: "Consiguió, por ejemplo, que el Tribunal Constitucional de Bélgica derogara una ley de injurias a la Corona que venía de mediados del siglo XIX y que, como nunca habían tenido que usar, nunca habían recordado que la tenían y que, a raíz del caso Valtònyc y de su lucha, finalmente tiró atrás". Valtònyc ha aprovechado mucho su tiempo en Bruselas: "Se ha convertido ahora en un chico que se ha formado profesionalmente, que ha estudiado, que se ha forjado como ser humano, que ha mantenido unos ideales y una resiliencia y un coraje extraordinarios y que se ha convertido en un auténtico líder. Vuelve un líder, se fue un joven que huía, que buscaba justicia allí donde le podían dar porque en España era imposible. Y vuelve un símbolo y un líder. Un líder que, además, ha mantenido una gran complicidad con todos los movimientos y partidos independentistas, pero no se ha dejado secuestrar por ninguno de ellos. No es patrimonio de nadie".
No todo son alabanzas, la alegría también tiene una cara 'B'. Dos destinatarios principales: el primero, Pablo Iglesias. "Ha vuelto a pesar de Iglesias. Él fue quien encargó a un jovencísimo rapero llamado Valtònyc una canción que se llamaba 'No al Borbón' para su programa de televisión. Pero después Pablo Iglesias ha sido vicepresidente de Gobierno y el PSOE ha gobernado con Podemos y durante todos estos años no ha hecho nada. Nada para cambiar la ley de injurias a la Corona y para evitar que siguiera siendo perseguido Valtònyc y otros raperos". La segunda bofetada, al Govern de la Generalitat y a Esquerra Republicana de Catalunya: "Estoy absolutamente escandalizada la inexistencia de ningún tuit, de ningún apoyo de ninguna felicitación ni del presidente de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, ni tampoco del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. ¿Cómo es posible que no se hayan alegrado o no hayan dicho que se alegraban o no hayan felicitado públicamente el retorno de Valtònyc, un represaliado de las leyes españolas que ha vuelto vencedor porque ha conseguido vencer gracias a su fuerza y a su persistencia?"
Pilar remata: "Muchas vergüenzas en el caso en el caso Valtònyc y una grandeza la suya, el joven que decidió luchar, irse para luchar por sus derechos, considerar que aquellos derechos eran los derechos colectivos y, finalmente, derrotar un estado tan represivo como el español. Bienvenido a casa, Josep Miquel Arenas. T'estimem. Gracias".