Pilar Rahola tiene la sanísima costumbre, lleva haciéndolo desde que tiene uso de razón, de decir lo que piensa, defender sus ideas y aquello en lo que cree de manera firme. Y a quién no le guste, dos piedras. La escritora piensa seguir defendiendo, entre otras cosas, su lengua y su país.

Y más, en estos tiempos que corren, donde los aparatos reaccionarios de un estado que quiere aniquilar cualquier rastro de catalán están más activados que nunca. Por tierra, mar y aire nos llegan numerosas demostraciones de cómo desde la política, la justicia o los medios de comunicación se hace todo lo posible por despreciar nuestra lengua. No es nuevo. Llevan 300 años haciéndolo, como ella misma denunció en un Palabra de Rahola demoledor, exponiendo con datos las prohibiciones al catalán en los últimos siglos. Pero por mucho que insistan, no lo conseguirán.

Pilar Rahola Entrevista librería Ola|Onda - Sergi Alcazar

Pilar Rahola / Foto: Sergi Alcàzar

Rahola seguirá dando argumentos y hablando en catalán cuando le salga del moño, sólo faltaría. Pero se ve que hablar en su lengua y decir lo que piensa molesta a muchos energúmenos que querrían someternos a la España de una sola lengua única.

Y eso es lo que tuvo que sufrir en su propia carne este martes al mediodía, hacia la una. El problema, sin embargo, es que no iba sola. La acompañaba su hija pequeña, Ada, que tuvo que ver y vivir una situación desagradable mientras paseaba por la calle con su madre. Intolerable.

rahola mascarilla

Rambla de Catalunya de Barcelona, esquina con la calle Rosselló. Iban las dos caminando cuando de repente, se les pone en frente una mujer, una tolerante, una demócrata de las que campan por España. ¿Y qué le dice, de manera agresiva, faltando totalmente al respecto y de forma lamentable?: Rahola, habla español! ¡Terrorista"!...

Terrorista. Una palabra que no le dijo una vez, ni dos. Hasta cuatro o cinco gritos repitiendo la misma barbaridad. Evidentemente, buscaba brega. Pero Pilar respondió de la mejor manera posible, de la manera perfecta para que esta ciudadana se marchara a casa con el rabo entre las piernas, rabiando por dentro y sin haber conseguido su objetivo de intimidar lo más mínimo a la escritora.

rahola 17 diciembre

Porque Pilar se las ha visto con muchos indeseables que le han dicho cosas como estas. Por eso, ¿qué hizo, en medio de la calle? ¿Cuál fue su respuesta? Repetirle a la cara todo el rato dos palabras: "Feliz día".

La mejor respuesta posible. La mujer, como una moto, repitiendo el "terrorista habla español" sin obtener la respuesta deseada. Rahola, impecable. Como ella dice de manera sarcástica: "Me he marchado. No sé si habrá tenido un feliz día"... La mujer, no lo sabemos. Probablemente no. La amargura y la rabia es lo que tienen.

Pero los que sí hemos tenido un día más feliz somos todos nosotros al saber de la reacción de Pilar. Sensacional.