España y el españolismo están firmando un comienzo de semana excepcional. La opereta que no cesa: por una parte, Josep Bou inventándose agresiones de independentistas que le queman el coche cuando sabía que estaba averiado. Por otra, el giro copernicano que el gobierno Sánchez nos quiere hacer tragar en torno a su obra magna de la mezquindad: el espionaje a indepes con Pegasus, el CatalanGate. Ahora resulta que los cazadores han sido cazados: denuncian que alguien ha infectado los terminales del presidente y de la ministra de Defensa con el mismo software. Fantástico. Sólo faltan las carcajadas enlatadas y estaríamos ante un programa tipo 'El Club de la Comedia'. ¿El problema? Que los humoristas son muy malos y que la represión contra el independentismo no tiene ni la más mínima gracia.

Pilar Rahola asiste estupefacta al nuevo capítulo de la historia, digna de 'Mortadelo y Filemón'. "Teníamos el CatalanGate y ahora tenemos el MoncloaGate. ¡Y hale! ¡Leña al mono! Cada vez ensuciarlo todo mucho más". Dedica su 'Paraula de Rahola' en Youtube a analizar este supuesto escenario. Y digámoslo claro: España sale muy mal parada. "Fijaos las cosas cómo van: primero el Centro Nacional de Inteligencia dice que no tiene Pegasus. Después dice que sí, que lo compró pero que sólo lo utiliza individualmente en casos concretos con firma del juez. Después el Tribunal Supremo dice que no, que ellos no han autorizado espionaje con Pegasus. Después el gobierno lo niega, la propia ministra de Defensa. Después la ministra dice que sí, que "¿qué pasa?". Que es verdad, que si tenemos que espiar a personas que han dado un golpe de Estado (porque es lo que somos los independentistas, simples golpistas como un Tejero cualquiera), pues que entonces aquello es justificable". Por cierto, "una de las declaraciones más escandalosas que se pueden recordar en democracia: ¡en el momento que tú dices que puedes espiar a los ciudadanos por sus ideas, estás diciendo que la razón de Estado lo puede justificar todo, crímenes incluidos! ¡Poca broma!". Pues bien, ahora resulta que el gobierno socialista ha pasado de responsables y culpables a "¡víctimas! Porque a ellos también les han pinchado el teléfono". Vaya delirio.

Félix Bolaños, vicepresidente del Gobierno, haciendo el papelón de su vida / EP

Ante la revelación de estos hechos, podemos hacer dos cosas: o nos lo tragamos, o no. Cada uno hará lo que considere oportuno según su conciencia... o sus intereses. Ahora bien, ni a la Pilar ni a muchísimos catalanes y catalanas nos toman el pelo. "Este es un gobierno mentiroso. Este es un Estado mentiroso y Pedro Sánchez ha demostrado ser un mentiroso. Nos han engañado tantas veces, nos han tomado el pelo tantas veces, tantas veces nos han dado gato por liebre que ¿qué quieren que les diga? ¿Que yo ahora enseguida diré "tienen razón, me lo creo"?. Lo tiene claro, "nos mienten una vez más". Eso sí, Rahola es capaz de hacer de abogado del diablo, y en un ejercicio titánico de ingenuidad y en un mundo ficticio e irreal, se lo cree. ¿El resultado? No es mucho mejor para España y sus responsables. De hecho, todavía empeora la cosa.

Pedro Sánchez y Margarita Robles / Europa Press

Antes de exponer la ridícula situación en la que queda España, un detalle: la reacción patria cuando pasan de una bando a otro: "¡Oh! ¡Cuando les toca a ellos hay un poco de escándalo! Mientras era perseguir a independentistas parecía que era una cosa menor", dice Rahola. Y continúa: "Si el presidente y la ministra tiene algún servicio de inteligencia absolutamente descontrolado (CNI, Interior, Guardia Civil) los responsables son ustedes. ¿Cómo es posible que si aquello fuera cierto a día de hoy todavía no ha dimitido la responsable del Centro Nacional de Inteligencia? Porque ha admitido que compró Pegasus. A partir de aquí o ha espiado al presidente del gobierno o no se han enterado de que lo espiaban, cosa que para un Centro Nacional de Inteligencia debe ser una cosa muy grave". De locos. O mejor dicho, "es tan Can Pixa esto de España ¡que no pasa nada! Ahora saldrá la ministra diciendo que son víctimas, igual que los independentistas catalanes, lo mismo, más o menos. Qué vergüenza, qué tomadura de pelo".

 

La escritora y periodista remata implacable: "Escuchen: si todo esto es así, ¡dejen de tomarnos el pelo! ¡Ya basta! ¡Que empiecen hacer dimitir a todo Dios! ¡Usted, señora Robles, dimita, o no se entera de nada, o lo acepta todo y lo justifica, o es responsable! ¡Que se les hay ido de la mano el tema! ¡Que compró Pegasus y espiaron todo Dios, se les ha escapado! Vete a saber quién lo tiene y cómo lo hacen". El retrato es demoledor: "¡Son un desastre! Son un fraude, son una puñetera vergüenza". Y acaba citando a Valle-Inclán, que ya se olía la tostada hace mucho tiempo: "España, el esperpento"