Los resultados de las elecciones municipales en Barcelona dibujan un panorama con certezas incontestables, pero también incertidumbres que son fruto de la desesperación de aquellos que no han ganado en las urnas. Hay quien se las prometía muy felices y ahora todo lo contrario. ¿Las certezas? Que Xavier Trias es el ganador de los comicios y que es la alternativa genuina a Ada Colau. Ha obtenido 11 concejales por 10 del PSC de Jaume Collboni y 9 de la lideresa de los Comunes. Desde lejos lo mira Esquerra Republicana, con los 5 concejales de Ernest Maragall, el Partido Popular de Daniel Sirera con 4 y los 2 de la extrema derecha españolista de VOX, recogiendo los desperdicios del engendro creado por Manuel Valls y Ciudadanos en 2019. Todos son clave para decidir quién será el alcalde de la ciudad, porque la aritmética acaba mandando. No la lógica, ni los principios, ni la palabra dada antes del 28-M. El precedente de Colau formando gobierno con Collboni y la muleta de Valls, el frente antiindepe que le birló el despacho de Sant Jaume a Maragall, es imposible de olvidar.

4 años después aquí estamos, en el mismo lugar. Los perdedores no aceptan la derrota y están dispuestos a todo. Bajo el foco tenemos a Jaume Collboni, el aspirante. El teniente de alcaldía de Ada durante el pasado mandato, por lo tanto socio y corresponsable, la abandonó a pocas semanas de la campaña para desmarcarse de su gestión, herencia y posibles efectos adversos. De colega a rival en nada. Sin embargo, en la noche electoral, mientras Trias celebraba el triunfo y con la calculadora en la mano, decía que 'Barcelona ha votado izquierdas y tendrá alcalde de izquierdas'. De repente todos amigos. Colau, por su parte, ya se había ofrecido para la ofensiva. Empezaban las cábalas, las llamadas, las conversaciones, las negociaciones por encima y por debajo de la mesa. Y de entonces, patapam: llega Pedro Sánchez y convoca elecciones generales por la hecatombe socialista en todo el Estado. Un movimiento que podría cambiarlo todo. O no. O sí y no, y todo lo contrario también. Nunca se sabe. Pilar Rahola observa el fenómeno y hace un análisis implacable sobre la figura de Jaume. El vídeo de 'Palabra de Rahola' lo retrata sin miramientos.

Xavier Trias ganador de las elecciones / Foto: Carlos Baglietto

Rahola, repaso contundente a Jaume Collboni

La primera comparación, de tipo animal. "Parece una gallina de aquellas que les cortaban la cabeza y todavía corrían por la mesa. Sinceramente, no acabo de entender qué caray le está pasando a Jaume Collboni. Está desaforado. Yo puedo entender que las ansias de poder lleven a un líder político a hacer el ridículo o a hacer excesos. Pero normalmente se disimula un poco cuando no se han ganado las elecciones". Parece que le pesan las urgencias: "Gobernando en dos legislaturas y finalmente no consigues ganar a pesar de tener un partido tan fuerte como es el Partido Socialista de Catalunya... Respira un poco, y deja que el que ha ganado mire a ver si sale adelante o no, y mientras tanto haz tus maniobras por si hay una alternativa. Pero esta cosa desaforada de Jaume Collboni, que le ha llevado incluso a decir que hablará con todo el mundo menos con Vox, porque Vox no queda bien, pero con el PP parece que sí. Y lo dice. Dice que irá a hablar con todos, incluyendo a Sirera, es decir, al Partido Popular, el mismo día que el señor Pedro Sánchez dice que está a punto de llegar la marabunta reaccionaria, el trumpismo, la maldad de la derecha más feroz". Una vez más, caminando sobre el alambre.

Ada Colau, Jaume Collboni, Ernest Maragall y Manuel Valls en 2019 / Foto: Sergi Alcàzar

El pacto con el enemigo, la única salida de un Collboni "desaforado"

El baile con las fuerzas minoritarias pero decisivas lo es todo. Collboni y Colau confiaban en ERC, pero Maragall no parece dispuesto a colaborar en un tejemaneje parecido al que le arrebató la alcaldía hace 4 años. El PP, como recuerda Rahola, es el enemigo número 1 del PSOE. Cuando menos en España, en Catalunya o Euskadi, 'a por ellos'. "En Madrid tenemos a Pedro Sánchez diciendo que o lo votamos a él o "se hunde España" porque llega la derechona. Y en Barcelona tenemos al señor Collboni que dice "ah, el PSC puede hablar con todo el mundo, PP incluido, si me da a los concejales y me hace alcalde pues ningún problema". Es decir, el PP es malo para España, pero es bueno para Barcelona. Me resulta incomprensible, lo cual lleva a creer que tanto Collboni como Colau han digerido muy mal la derrota. Y que, además, hay tantos intereses de poder, tanta gente implicada, tantos sueldos para garantizar, que están digiriéndolo tan mal que se les ha indigestado". El socialista catalán solo tiene una alternativa sobre la mesa, cortejar al enemigo estatal: "El hecho es que Jaume Collboni solo puede ser alcalde si lo vota el PP o lo vota Vox. La pregunta, por lo tanto, es: ¿será capaz, en plena campaña electoral en Madrid con un PSOE lleno hasta aquí de agua, asustado porque le llega la marabunta pepera, de salvar el Ayuntamiento con los votos del PP? Sería el colmo del surrealismo. El PSC lo hizo con Valls, que ya era mucho, muy bestia. Pero es que esto "riza el rizo", que dicen ellos"

Rahola remata: "Sea como sea, esperemos que este buen hombre se tranquilice un poco porque hay una diferencia entre intentar gobernar y hacer el ridículo. Hay una diferencia entre luchar por el poder y ser patético. Y en estos momentos Jaume Collboni está haciendo el ridículo y está siendo patético. Tranquilízate, porque las pobres gallinas, cuando les cortan la cabeza corren mucho, pero llega un momento que caen".