Boom. La noticia ha saltado pocos minutos después de las diez de la mañana. El TJUE ha sentenciado que Oriol Junqueras tenía inmunidad desde el momento en que fue proclamado cargo electo en el Parlamento Europeo el 13 de junio cuando la Junta Electoral proclamó oficiales los resultados electorales y tenía que haber salido de la prisión para ir a Bruselas a tomar posesión del cargo. La decisión es una galleta con la mano abierta al Tribunal Supremo español y abre la puerta a muchos '¿Y ahora qué?'.
Veremos si la justicia española que se las da de modélica se entronca ahora en su propia miseria. Pero si quedaba alguna duda en que los jueces de este país van por la vida creyéndose por encima del bien y del mal, ahora la justicia europea los ha desmenuzado con su sentencia. Veremos qué pasa con Junqueras, veremos qué pasa con Puigdemont, veremos qué pasa con Comín. Lo que no veremos es qué pasa con Marchena y sus acólitos. El juez que presidió el akelarre antiindepe queda más en entredicho que nunca, pero como siempre, la coraza que tienen, ayudada por los altavoces unionistas, los dejará indemnes a pesar de tomar decisiones como las que han tomado.
¿Y quién ha sido la primera en poner en su sitio al magistrado? Como no podía ser de otra manera, una Pilar Rahola que con sólo diez palabras ha pintado la cara al letrado como hacía tiempo que no se recordaba. Una frase demoledora dedicada expresamente al juez Marchena donde no se muerde la lengua y donde la escritora no puede decir más con menos. Un tuit de una rotundidad implacable al que poco después ha sumado otro zasca mayúsculo al rey Felip VI:
A eso se le podría llamar prevaricación. O vergüenza. O asco. O todo junto.