Mientras neonazis y franquistas queman las calles de Madrid y agreden a los policías que tanto amaban hasta hace 2 días, la judicatura española y españolista se ha puesto manos a la obra para devolver las cosas a su orden. Togas contra la democracia, este sería el título de la nueva película de terror de la factoría de la derecha extrema y la extrema derecha. El principal protagonista y héroe de los huestes patrioteras es un juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón. A su lado, Pablo Llarena es una hermanita de la caridad. El magistrado ha cogido el balón y va corriendo por la banda, obsesionado con marcar el gol de su vida y empezar la remontada, también conocida como la reconquista 2.0. Es el mismo que quiere imputar a Marta Rovira y Carles Puigdemont por terrorismo por el caso Tsunami Democràtic. Sí, han leído bien: terrorismo. Atentados, bombas, pistoleros. Sangre, muerte, horror. Todo eso. Alucinante.
García-Castellón va a por todas en la cruzada contra los traidores a España, que actualmente son muchos millones de ciudadanos de su (desgraciadamente para él) estado plurinacional. Una expresión que no le gustará, parece que es más de la unidad hegemónica. Para conseguirla la vía más directa es un término anglosajón, el lawfare. Guerra judicial. Que un tribunal enmiende aquello que han perdido en las urnas y en las calles. Ah, pero no digas "lawfare", que se enfadan. Pues bien, les recomendamos a todos ellos el vídeo de Pilar Rahola al respecto. Claro, contundente y al grano, explicando quién es este señor y cuáles son sus filias y fobias.
Rahola ofreciendo una lección magistral: "Si alguien quiere saber qué quiere decir exactamente lawfare, que no vaya con un diccionario. Que coja la biografía del juez García Castellón. Este mismo juez, que cuatro años después, cuando ya lo tenía todo medio dormido y justo en pleno debate sobre la amnistía, decidió situar en la cúpula de Tsunami, sin ninguna evidencia, al presidente Puigdemont y a Marta Rovira. Hoy mismo ha enviado una rogatoria a Suiza preguntando exactamente donde está Marta Rovira. Estamos hablando de un personaje que, sin las evidencias, con la Fiscalía en contra y con una biografía llena de decisiones esotéricas, tira adelante sin ningún tipo de problemas, seguramente siguiendo las órdenes, ni que sean metafóricas, de Aznar cuando dijo aquello de que cada uno haga algo desde su lugar". Pilar está inspirada: ¡España está en peligro! ¡Hay que salvar España! ¡Soldados! Y este, García Castellón, que sin duda por lo que sabemos de su biografía es un soldado de Dios, la Patria y del PP, pues ha hecho caso". ¿Cuáles son las motivaciones internas del juez? Según la escritora, "vender la película para poder poner la palabra de terrorismo. La insurrección civil que significó, la desobediencia civil que significó, él lo convierte en terrorismo. Imaginad las manifestaciones en París o las que se hacían ante el Fondo Monetario Internacional, si Alemania o Francia las hubiera tipificado como terrorismo". Ah, pero es que this is Spain, amigos y amigas: "Aquí es a lo bestia, la banalización de conceptos tan duros como estos llega a extremos insuperables y todo por la persecución política".
Pasemos al repaso histórico: "¿Estamos hablando de un juez de manual lawfare? Recordemos que es el hombre, por ejemplo, que no quiso imputar a Dolores de Cospedal en el caso Kitchen, aunque las evidencias salían por las orejas. Es el hombre que negó considerar al Partido Popular Como responsable lucrativo, que es lo que decía la Fiscalía, en el caso Kitchen, aunque los beneficios también eran claros. Es el que archivó el caso Púnica, es decir, la responsabilidad de 40 cargos del Partido Popular en el País Valencià y de Madrid que habían utilizado dinero público para su lucro personal y del partido. Es también el hombre que, obviamente, archivó la causa de tres presidentes del Gobierno autonómico de Madrid, Aguirre, Cifuentes e Ignacio González. Y los eximió de la existencia de la Caja B del PP y, por lo tanto, también de los beneficios al respecto. Es el mismo que fue situado en el lugar estratégico de la Audiencia Nacional, donde ahora está, según parece y según se supo por una conversación grabada por Villarejo, porque hacía falta un "juez de confianza. En Catalunya también lo conocemos: "Llevó a juicio por terrorismo a los CDR, se negó a investigar la Operación Catalunya". También "inició 20 querellas contra el partido de Podemos, todas ellas archivadas porque no se aguantaban por ningun sitio, o quien se negó a sacar adelante la investigación de los desaparecidos españoles a la dictadura de Pinochet". Caray. "No olvidemos que este señor fue premiado por Aznar con un cargo muy lucrativo, según el cual era magistrado de enlace primero en París y después en Roma, ganando más de 140.000 euros". Volvió en 2017 con todo el alboroto del Procés, y ahora lo tenemos en la vanguardia de la revuelta contra la amnistía: "¡Puigdemont y Rovira, terrorismo! ¡Terrorismo!"
Pilar remata: "Cuando hablamos de lawfare, hablamos de eso. Hablamos de la utilización perversa de la justicia para la persecución política e ideológica a los disidentes. Una vergüenza monumental. Un caso que escandaliza a cualquiera que estime la judicatura y la justicia. Esto es España, la otra España. Quizás hay una que no está en esta situación, pero hay una España, un deep state profundo, perfectamente instalado en determinados lugares de poder. Aznar ha tocado la trompeta y ha dicho 'vamos a salvar a España', su España, la que nos ataca a los otros, la que nos persigue a los otros. Lawfare de manual".