Pilar Rahola lo ha vuelto a hacer: reunir a un impresionante grupo de amigos en torno a una mesa y un festín para celebrar el verano, la vida y los éxitos del futuro. Amigos que, por cierto, representan al país, al exilio y a la independencia de Catalunya: es la tradicional paella presidencial que la periodista y escritora organiza año tras año en su casa de Cadaqués, y que se hizo muy célebre en 2016. En aquella cita la lista de invitados incluía a Joan Laporta, Helena Garcia Melero, el Major Josep Lluís Trapero y el MHP Carles Puigdemont. La fiesta fue enorme y enfureció al españolismo, faltaría más: la envidia y el miedo los corroían, no podían soportar ver a líderes políticos y VIPS indepes felices y animados.
Ha llovido bastante desde aquella jornada: lluvia, literalmente, pero también porrazos, votos democráticos en las urnas, formas de represión, años de prisión y exilio. Y a pesar de las dificultades y los retos que tenemos en frente, ni Pilar ni la lucha por la libertad desfallecen. La comida de hermandad se ha vuelto a celebrar. Entre los que se estrenaban en la cita, Albano-Dante Fachín y el vasco Jon Iñárritu. Ambos pasaron el fin de semana en casa de la escritora en el Empordà, e incluso disfrutaron de un baño de madrugada muy refrescante en su idílica piscina. Era el preludio de lo que estaba por venir.
No hay que decir que la localización del acontecimiento fue inédita, pero obligada. Especialmente para los exiliados como el propio Carles Puigdemont, Toni Comín y Lluís Puig. Al no poder pisar territorio del estado español por la persecución judicial y las euroórdenes, el grupo de amigos de la paella optaron por trasladarse a un punto de la Catalunya Nord. Eso que dicen de matar "dos pájaros de uno tiro": el exilio volvía a pisar territorio catalán y sin temer sufrir por visitas inesperadas. A la fiesta de Pilar Rahola también se añadieron invitados el vicepresidente Jordi Puigneró, el senador Jami Matamala, el director de la Oficina de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, la productora musical Gemma Recoder, el diputado Joan Canadell y las parejas de algunos de los mencionados, como Marcela Topor, por ejemplo.
Aparte de deleitarse con un arroz pantagruélico, disfrutaron cantando canciones de Sopa de Cabra o Lax'n'Busto, así como sentir la proximidad humana de los amigos, algunos de ellos muy añorados. Una jornada para recordar y que tuvo su correspondiente foto de familia: un documento que pasa directamente a los archivos de la Historia. Pilar lo explica así en Instagram: "Una paella de verano. Unos amigos. Una tierra. Un ideal. Una lucha. ¡Volveremos!".
Si España y toda su artillería represora no pudo detener un referéndum nacional, ¿cómo podrá detener el reencuentro de los amigos del independentismo? La llevan clara. Deseamos, eso sí,l que la del 2022 pueda ser en una Catalunya libre. En todos los sentidos.