Pilar Rahola ha empezado su Palabra de Rahola de este viernes con dos supuestos que pueden parecer un oxímoron, una contradicción. La escritora ha empezado sus vídeos en su canal de YouTube de este mes de abril con una certeza, "estoy segura de que los partidos políticos forman parte de las bondades de la democracia y de las necesidades lógicas de una democracia liberal". Pero por otra parte, Rahola no se chupa el dedo y tiene el absoluto convencimiento de que muy a menudo también "caen en las maldades de la actividad política". Son el blanco y el negro, el yin y el yang. Una dualidad que en el caso de nuestra casa, de la política catalana, "eso es especialmente sensible, porque una cosa son los partidos tradicionales, que agrupan a los ciudadanos en función de sus ideologías, pero cuando hay una causa nacional, una lucha colectiva por los derechos, necesariamente esta lucha es transversal y no es homogénea. Los independentistas forman parte más bien de un gran movimiento ciudadano que de partidos políticos concretos". Rahola observa la dinámica histórica de tener partidos independentistas y voluntad de unificación en listas electorales, con voluntad independentista, pero con sensibilidades diversas, y considera que al fin y al cabo, "eso ha sido bueno y malo. La democracia es perfectible, a mí me gusta mucho más la anglosajona que la hispánica que hemos heredado, donde los partidos quitan y ponen a quien quieren, a menudo más por intereses de partidos que no de país". Rahola es consciente de que "tenemos lo que tenemos, pero de lo que no nos damos cuenta es de que esta partidización en el mundo independentista nos ha hecho daño, nos ha degradado de manera terrorífica. No se trata sólo con que ya no vamos unidos en la lucha por la independencia, en que ya se ha roto la suma de diferentes que nos permitió conseguir el 1 de octubre, que quizás gobiernan juntos, pero no tienen nada que ver los unos con los otros... Lo que es peor es que se ha instalado una dinámica de partidos, mirados como una fe religiosa, casi una secta, dentro del ámbito del debate público".

Pere Aragonès Laura Borràs Palau Generalitat / ACN

Laura Borràs y Pere Aragonès / ACN

Rahola pone ejemplos muy tangibles de lo que denuncia en su vídeo de hoy: "Personalmente, en el ámbito público, desde el primer minuto siempre he sido independentista, ahora que somos muchos y antes, cuando éramos pocos y éramos mirados como gente estrafalaria. En función de esta militancia en el objetivo de la independencia, he establecido mis alianzas con los instrumentos políticos que son los partidos políticos. Se puede creer que en un momento determinado se podía ser más cómplice de uno o del otro y trabajar para ir unificados. Recuerdo las épocas que estábamos con Esquerra cuándo Àngel Colom estaba obsesionado con conseguir acuerdos con el pujolismo porque creía que era una manera de arrastrarlos hacia el independentismo. ERC consideraba que había que ir con Iniciativa... Cada uno ha hecho lo que ha podido". Pero Rahola lamenta que el momento actual "es terrible: se ha instalado en el cerebro de los ciudadanos y en el relato público la etiqueta de partido. Si criticas a unos eres de los otros, siempre tienes un estigma, una letra escarlata: 'Tú eres de Esquerra, tú eres de Junts'. Lo veo mucho en el debate en la red, donde hay gente que sistemáticamente te critica". Para ella, lo que sería verdaderamente importante, "lo que tendríamos que reivindicar los independentistas, es que no somos de nadie. ¡Los partidos no son sectas! Son colectivos de gente que se unifican para conseguir unos hitos políticos. Pero cuando los partidos se putrifican y se convierten en instrumentos sectarios, cuando no hay pensamiento crítico ni crítica interna... Y eso se traslada después a los medios de comunicación".

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Pilar Rahola / YouTube

Pilar Rahola señala a los partidos políticos independentistas y les recomienda que se miren al espejo y no se hagan trampas al solitario, y que pongan remedio a una deriva que da la sensación de ir camino de la pedriza: "Al final, lo que tendríamos que ser todos nosotros es militantes de una idea de país, y no vender nuestra complicidad y sinergia y el apoyo a unas siglas sino a una gente que va hacia este mismo hito. Y si las siglas no sirven, se cambian. Porque los partidos son instrumentos. Reivindico el derecho a volver a pensar libremente, porque militamos en una idea de libertad de pensamiento y de crítica. No hagamos lo que hacen los partidos. Los partidos independentistas se han convertido en instrumentos de poder. El problema es si los ciudadanos también acabamos con la trampa de ser de unos o de los otros. Tenemos que volver a tejer sinergies y complicidades transversales, porque la independencia sólo la conseguiremos si sumamos diferencias. Hay que tener convicciones, no dogmas de fe. Si no vamos por aquí, sólo seremos súbditos, serviles de estructuras de poder que no nos llevarán a ningún sitio":