El portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, "la ha liado bien gorda" al anunciar la próxima entrevista de La Fábrica Rufián, su nuevo canal de entrevistas en Youtube. Una entrevista que tendrá como protagonista a un unionista recalcitrante y tabarnés "de pro" como el periodista deportivo Tomás Guasch, a quien ha calificado como el "Gran" Guasch. Los dos bromeaban en Twitter, mientras la tormenta avanzaba sobre el republicano.

"Nunca un Gran estuvo tan bien puesto", dice el polémico tuit, una verdadera ofensa para la mayoría del independentismo, que conoce bien a Guasch: Un polemista que viajó con Albert Boadella a Waterloo para insultar y ridiculizar al MHP Carles Puidgemont, entre otros agravios.

Guasch Boadella Waterloo @asstray

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La tormenta de tuits ha sido encabezada por Pilar Rahola, que compartía la incredulidad e indignación por la frivolidad de Rufián: "Puñeta, ¿"gran" un insultador del Presidente que iba a mofarse de los exiliados en Waterlooo? Noooooo. Mal!!!!" No es puede decir más claro. El patinazo del de Esquerra ha sido de los que hacen daño. Una cosa es conversar con rivales políticos, incluso invitarlos a tu programa. Y otra muy diferente, tratarlos con adulación, "colegueo" y falta absoluta de tacto con exiliados, presos y con la base social del independentismo.

Sí, Guasch y Rufián pueden ser amigos, aparte de seguidores pericos, o que todo forme parte de una maniobra para vender su nuevo canal, pero eso no puede arrastrar por los suelos el sentimiento de un pueblo que sufre cada día la infamia de tener presos políticos y exiliados. Situacions que también se dan en su partido, que tiene su secretaria general, Marta Rovira, recluida en Suiza desde marzo de 2018. Y a Oriol Junqueras en prisión. Así que referirse a un bufón de Tabàrnia en estos términos es, cuando menos, una provocación que se le ha ido de las manos. ¿O quizás era eso lo de "ampliar la base2? Veremos si intenta reconducir la situación o si, por el contrario, se ha metido tanto en su papel de polemista que ha perdido el juicio.