La última emisión del Preguntes Freqüents en TV3 nos dejó uno de aquellos momentos televisivos que cuesta olvidar. El cara a cara entre la periodista Pilar Rahola y el concejal del PP Josep Bou con la celebración de la Diada Nacional de Catalunya como elemento de debate. Rahola demostró que ha dejado atrás la tristeza, y que la gran noticia de que volverá a ser abuela le ha hecho recuperar toda su energía y contundencia. El repaso que hizo a un Bou repentinamente transformado en sesgado historiador de Catalunya fue antológico, aunque hubo momentos tan surrealistas que la escritora no podía disimular. Como escuchar al panadero, bombero, político y showman presentarnos a un Rafael Casanova ('Casanovas', repetía con insistencia Bou) como un españolista incomprendido o a Felipe V como un santo a quien los catalanes debemos mucho. Rahola alucinaba y se tapaba con las hojas que tenía en la mesa ante las 'revelaciones' del oráculo de los 12 apellidos catalanes. O tal y como le espetó, "un insigne 'botifler'", teniendo que explicarle de dónde viene este término que hace tanto daño entre los españolistas. Y es que Bou "de historia, ni idea," dijo.
Pilar, sin embargo, pasó de rebatir divertida la argumentación de ciencia-ficción de Bou a indignarse con sus reflexiones sobre la celebración de la Diada y la manifestación posterior. El popular fue a "título personal" a hacer su ofrenda, aunque aseguraba que tenía el visto bueno de su grupo municipal. Allí hizo su numerito 'marca de la casa', reivindicándose como la piedra en el zapato del catalanismo. Rahola se plantó: "La Diada nació para reivindicar los derechos constitucionales catalanes, por lo tanto no es que se apropie de nada, es que los señores que piensan diferente no lucharon nunca por tener una festividad nacional". El popular se iba poniendo más y más nervioso, balbuceando y dibujando escenarios que ni siquiera él mismo se cree. Algunos abyectos: "Hay miedo de poner banderas españolas en Barcelona. Esteladas, no" o "no fui a la manifestación, creo que fue tranquila. Pero seguro que si yo hubiera sería diferente". El victimismo y la intoxicación de la realidad hizo saltar a Pilar: "¡Cómo pueden tener la vergüenza de decir eso! Tenemos presos, represaliados... ¡y usted habla de miedo!"
Bou quiso volver a tener su minuto de gloria (borbónico y españolista) y salió escaldado por una Rahola cargada de razones y que hizo verdaderos esfuerzos por no perder la paciencia.