Aparte de todas las virtudes que conocemos de Pilar Rahola, muchos la envidiamos de forma sana por ser poseedora de un pequeño trozo de paraíso en la tierra. La escritora, siempre que el trabajo y los compromisos se lo permiten, se escapa a Cadaqués y disfruta de la maravillosa villa del Empordà, donde tiene una casa preciosa. Allí carga las pilas y descansa, además de hacer planes familiares y fiestas fantásticas con sus amigos íntimos. Un entorno idílico e inspirador desde el que, evidentemente, tampoco pierde de vista la actualidad: algunos de sus análisis de sus 'Paraula de Rahola' tienen como escenario esta residencia. Es evidente que determinadas vistas y sensaciones, como las que se encuentra en su piscina, son muy beneficiosas para la práctica profesional.
La Pilar quiere mucho este paraje, y entendemos perfectamente el porqué. Le ofrece belleza, tranquilidad y la compañía de sus seres amados. Por ejemplo, la de su nieto, al que enseña los valiosos secretos del pueblo más bonito del país. Pero no es el único miembro de su estirpe que le hace sentir alegríoa, calor y afecto. Uno de ellos era bastante desconocido, y nos lo acaba de presentar en sociedad. Además, en su máximo esplendor.
La sonrisa de la también colaboradora del 'Todo es mentira' de Risto Mejide en Cuatro es total cuando siente en su regazo el calor, el tacto peludo y los ronquidos del Senyor Gat. El animal es el príncipe de la casa ampurdanesa, aunque ella sea una convencida republicana. Una pequeña paradoja, sí, pero totalmente comprensible al captar la estima que profesa por este felino. Rahola le dedica esta descripción, muy gráfica, divertida y tierna al mismo tiempo: "Relax con el miembro más perezoso de la familia".
Que es perezoso es indiscutible: Pilar hace de cámara e inmortaliza su durísimo estilo de vida. Parece que eso del estrés y la actividad frenética son cosas que dejado para el resto de sus siete vidas. En esta, ni hablar del peluquín. Las cabezadas del gato son de las que dan gusto y un poco de envidia, la verdad. Querer abrazarlo y hacerle mimos es irresistible.
Ahora algunos lectores se nos tirarán encima, pero siempre se ha dicho que sentir amor hacia los animales es una de las grandes virtudes del ser humano. Y lo entendemos. Cuando menos, parece mucho más lógico que tradiciones y bestialidades como maltratarlos o asesinarlos. Pilar es de nuestro equipo, por tanto. Ya lo sabíamos, pero ahora tenemos más motivos para subrayarlo.