El diálogo entre Catalunya y España ya ha empezado. Los presidentes Pere Aragonès y Pedro Sánchez se han encontrado en el Palau de la Generalitat de Catalunya bajo una tormenta de categoría que amenaza con huracán: el veto a los negociadores propuestos por Junts per Catalunya. Si las esperanzas de buena parte del independentismo con la mesa eran escasas, el rechazo de Esquerra Republicana y de sus máximos representantes ha acabado por dinamitar cualquier expectativa. Por ejemplo, las que podía tener la escritora Pilar Rahola, que dedica su 'Palabra de Rahola' a esta situación: la encuentra "inexplicable e injustificable". Dos términos que repite a menudo a lo largo de su discurso, incapaz de digerir un panorama cada vez más negro.
Negro, sí, porque la confianza en las conversaciones nacía bajo mínimos por la disposición de Moncloa, Pedro Sánchez y de todo el Estado español a realizar una negociación seria dirigida a resolver el conflicto: "Estos juegan a dominarnos, a adiestrarnos, a que demos vueltas como ratones en una rueda que no va a ningún sitio. Llevamos 300 años haciéndolo. Cada vez que ha habido un momentum en Catalunya han conseguido asustarnos y reprimirnos, y después engañarnos de cualquier manera". Aun así, no todo es responsabilidad de Madrid: "Yo no hago culpable a Pedro Sánchez, ya sabemos que no tiene ningún interés en la mesa de diálogo. Sólo la hacen para mantenernos entretenidos. Por lo tanto, de acuerdo, vayamos. Y tanto. Hay que ir a todas". El problema está en nuestra propia casa.
"Es inexplicable e injustificable lo que ha hecho el presidente Aragonès respecto de los miembros de Junts que tenían que ir a la cumbre". Rahola era partidaria de una representación plural, diversa, con miembros de la CUP y de las entidades civiles, como Elisenda Paluzie (ANC) y Jordi Cuixart. También, evidentemente, que se contara con los secretarios generales de los principales partidos indepes y socios de gobierno: Jordi Sànchez y Oriol Junqueras, "como asímismo lo quería ERC en verano". ¿Qué ha pasado? Que Pedro Sánchez dijo "estos no". Y que Esquerra ha aceptado el veto. "No puedo entender que pase de querer que vaya Junqueras a permitir y vetar a Jordi Turull, conseller de la Presidencia el 1-O y el hombre que encarcelaron un día después de su debate de investidura. ¿Por qué dice ahora "de gobierno a gobierno"? ¿Por qué ha desmentido la anterior mesa de diálogo del President Torra, donde estaba Jové, también represaliado y que no era miembro del gobierno?" Por una única razón: por imposición. Una situación "ignominiosa y humillante". Inimaginable.
La última parte del discurso es muy contundente: "Pensaba que nunca vería un veto por parte de un partido independentista a dos represaliados catalanes. Son malos días para la salud, la dignidad y la fortaleza del independentismo. Cuando una de las patas fundamentales acepta la humillación, el problema es muy grave. Esto no hay quien lo explique".