Hay dos características de Pilar Rubio que la hacen destacar por encima del resto: una genética envidiable y una capacidad de sacrificio físico de campeonato. La presentadora, contagiada y aislada por el coronavirus después de que su marido Sergio Ramos resultara infectado, no ha dejado que la covid altere demasiado su estilo de vida. Que no pueda salir de casa para ir a trabajar no quiere decir que abandone su gran pasión: la práctica deportiva. Lo tiene fácil: en la mansión familiar de Rubio, Ramos y sus 4 hijos hay de todo: desde máquinas de oxígeno hasta un gimnasio gigante y equipado con los aparatos más modernos. Allí, precisamente, está donde pasa parte de su tiempo, trabajando al máximo a su físico. Y por lo que se ve, la enfermedad no está siendo ningún obstáculo para llevar a cabo sus rutinas y obtener grandes resultados.
No es que la covid esté siendo una fiesta, pero saca provecho del encierro como puede: "hay días que son más llevaderos y hay otros que le tienes que meter "un par"". Un par, o tres, o cuatro, viendo los músculos de Rubio, definidísimos. Entre los bíceps de la colaboradora de El Hormiguero' y el vientre plano que luce en la imagen ha dejado a sus seguidores impresionados. Sobre todo a muchas mujeres que han sido madres, como ella, y que no se explican la recuperación brutal de su silueta después de tener 4 criaturas. La fórmula es fácil: por una parte, los genes, una lotería. Por otra, el esfuerzo, el tiempo y la perseverancia para mantenerse a pleno rendimiento. Los comentarios son divertidos, felicitándola por su buen estado de forma. "Qué barbaridad", resumen algunos.
Si Pilar está así de fuerte cuando está eferma, ¿qué pasará cuando esté sana? Estaremos atentos.