Pilar Rubio es guapa, muy guapa. Tiene una genética muy afortunada, aparte de dedicar mucho esfuerzo a cuidarse y mantenerse en una forma física impresionante. Estos dones y virtudes no sorprenden a nadie, es una evidencia desde que la conocimos haciendo de reportera en el 'Sé lo que hicisteis'. Pero todo se ha multiplicado desde que comparte su vida con Sergio Ramos y que la ficharon en 'El Hormiguero' de Pablo Motos. Es una influencer de moda de primera categoría, con 8'6 millones de seguidores en todo el mundo. La siguen para curiosear su ritmo de vida de lujo, ver cómo es su dái a día familiar, coger (o no) ideas con sus lecciones de fitness y, evidentemente, seguir sus estilismos e ir a la última. Bueno, y para alucinar con su figura, con fotos extraterrestres. Este categoría está de suerte: tenemos unas cuantas más.
La vida en París también ha acentuado la obsesión de la presentadora por impactar en aquellos que la miran. Ahora todo es más pomposo, recargado, extremadamente opulento. De aquella chica rockera de Torrejón de Ardoz que salía con José Molinero, cantante de 'Hamlet', queda el DNI, el ADN y las piezas dentales. Poca cosa más, ha cambiado de arriba abajo. El armario, sin dudas: alguna camiseta rota, alguna chupa de cuero, tejanos, botas de cowboy, bisutería hardcore... nada más. Ahora todo es caro, carísimo, impagable.
PILAR RUBIO ANTES:
PILAR RUBIO AHORA:
El look marciano de Pilar Rubio en la entrega de los Globe Soccer Awards
El caso es que Rubio acompañó a su marido a la entrega de los premios Globe Soccer Awards que tuvieron lugar a Dubái. Sergio Ramos se ha quedado sin mundial de Qatar, pero los vecinos de los Emiratos Árabes le han dado una alegría, escogiéndolo como mejor defensa de la historia. Parece un poco exagerado, pero oye, es la elección del jurado, ellos sabrán. La ocasión merezca lucir las mejores galas, presentarse allí engalanados hasta el extremo. Ramos se dejó de pintas y estilismos extraños, dejados, ridículos, escogiendo un smoking sobrio, sin estridencias. En cambio la madrileña iba directamente a romperlo todo, a atraer todas las miradas, a eclipsar el resplandor del premio dorado. Y lo consiguió, aunque se pasó un poco con la puesta en escena. Sobre todo en Instagram. Presten atención al color de su piel, al gesto de su expresión facial... está impresionante, sí. Pero rara, rara, rara, que diría Papuchi.
Rubio descubre el truco: demasiado retoque y maquillaje
Tan rara que la cosa sólo tiene una explicación: estas son las imágenes oficiales, las fotografías de revista. Con buenas ópticas, iluminación, maquillaje exhaustivo... y retoque, mucho retoque. Demasiado. Y lo peor de todo es que ella misma ha enseñado sus cartas marcadas: la publicación anterior, mucho más casera, hace que el cartón no es que se vea, es que han llamado de la estación espacial internacional alertando de la trampa. En una, como decíamos, Pilar Rubio parece marciana. En la otra, humana. O no va tan tuneada o el photoshop está pidiendo una tregua, no le da la vida.
Si hace o no hace falta que lo haga es otro debate. Pero es innegable que la diferencia existe. Mucha. Parece un muñeco del Museo de Cera.