Ha llegado el último día del año y no podemos parar de recopilar todos nuestros recuerdos para reflexionar sobre cuál ha sido nuestro día más feliz. Sant Jordi, la noche de Sant Joan, la Castanyada, la Navidad... Mirándolo bien, parece que un año más hemos seguido siendo felices en los días especiales y en los no tan especiales. Realmente, poder disfrutar de un nuevo año rodeado de las personas que amas, da igual la festividad, siempre es un buen motivo para celebrar. Las redes sociales, como casi en todos los diciembres desde que existen, se han llenado de recopilaciones magníficas sobre los 365 días de cada usuario. El escenario es nostálgico y fantástico y tan solo hay una manera en que se podría mejorar: que todas las fotografías fueran dibujos de la Pilarín Bayés. El deseo es complicado, pero puestos a imaginar sería lo ideal para terminar el año.
La dibujante es la persona más activa que conocemos a su edad y a sus 83 años parece que esté en la flor de la vida. La vemos en todas partes: dibujando en cualquier acontecimiento importante, participando en alguna entrevista de televisión o viajando para ver algún concierto. Su perfil de Instagram es una caja de sorpresas, porque cada vez que cuelga una historia puede estar haciendo cualquier cosa. Eso sí, hay una cosa que siempre la acompaña allí donde vaya, la magia de su sonrisa. Pilarín Bayés se podría declarar personalmente como la abuela de todos los catalanes porque aceptaríamos sin dudarlo. A pesar de su dificultad para desarrollar este papel, la catalana tiene todo lo que se necesita para serlo: buena actitud ante la vida, personalidad y un carisma que enamora allí donde pasa.
Siempre que la dibujante habla, se tiene que callar y escuchar, porque es oro todo lo que dice. Su última intervención la ha llevado a cabo en 'La Trampa', encabezada por Pep Plaza, y ha dejado una joya hablando sobre sus inicios. Concretamente, confiesa su anécdota sobre cómo empezó a publicar, pero el inicio es espectacular. La conversación la conduce el presentador con una pregunta surrealista: "Empiezas a publicar gracias... es que no me lo acabo de creer... a un gitano en tanga?". La Pilarín, primero, duda, pero después afirma: "Indirectamente". Efectivamente, aunque parezca extraño, todo tiene una explicación: "En Bellas Artes las modelos posaban tal cual y era una cosa interesantísima... el cuerpo humano, muy bien. Pero los gitanos en tanga. Yo no sé por qué sería...". La anécdota es espectacular y explicada tiene mucho más sentido.
La catalana no se queda aquí y explica cómo fue todo: "La cuestión es que éramos 200 personas dibujando a un gitano en tanga. Vino Marta Mata, que era como una centella y nos escogió a Maria Rius, a Fina Rifà y a mí. De 200 personas". Pilarín Bayés destacó entre 200 personas y entre todas las que se hubieran puesto por delante. Todas las formas de empezar a hacer alguna cosa son buenas, pero algunas son más curiosas que las otras. Nosotros tampoco nos imaginábamos que se relacionaría a Pilarín Bayés con un tanga, pero la historia es magnífica. Gracias Pilarín, por darnos vida, el 2025 será más bonito si lo dibuja ella.