El Barça ha resurgido de sus cenizas, ya que con la llegada de Hansi Flick los culés han vuelto a recuperar la ilusión por ver los partidos y la esperanza para volver a ser campeones. Una plantilla llena de jugadores jovencísimos formados en La Masia que conquista el campo y se enfrenta a cualquier contrincante. Con respecto a la Champions, ayer el equipo blaugrana volvió a llevarse tres puntos contra el Stade Brestois, una victoria que, de nuevo, hizo emocionar a pequeños y mayores, a los de la grada del Estadi Olímpic, a los que estaban en el bar o los que lo miraban desde el sofá. Todo el mundo de pie celebrando cada gol como si el título ya fuera nuestro.
Y es que, entre las celebraciones de los nuestros VIP desde Montjuic, no pasaron desapercibida la aparición estrella de Gerard Piqué, que iba acompañado de Milan, su hilo grande. Padre e hijo se sentaron justo delante de los lesionados del equipo como Lamine Yamal, Andreas Christensen, Ferran Torres, Marc Bernal o Marc Ter Stegen y, junto con dos amigos del joven, disfrutaron del partido mientras las cámaras y los asistentes no les sacaban el ojo de encima.
No nos sorprende a la visita de Gerard Piqué con en Milan en el estadio Olímpico, de hecho, tal como explicó el exjugador del Barça al programa El Nou Clam, se trata ni más ni menos que el vínculo más fuerte de que tiene con su hijo mayor. Cuando menos, ya hace más de un año que Shakira se llevó a sus hijos de Barcelona, haciendo que estos se desvincularan de ver a su padre diariamente. Según la custodia que se acordó, Gerard Piqué puede ver a los hijos durante 10 días en el mes, cuando viaja a Miami, pero claro, hacer de padre estos 10 días no se puede resumir en la cotidianidad de preguntar cómo ha ido el día, o hablar sobre la escuela, Piqué se coge fuerte al vínculo que Milan nunca podrá tener con Shakira: el Barça. "Me pasa con mi hijo que está viviendo en Miami, una de las cosas que hablamos mucho es del Barça. Mi hijo mayor está obsesionado con el Barça, lo sabe absolutamente todo" explicaba durante la entrevista.
Unas palabras que no nos sorprenden, porque no es la primera vez que vemos la faceta culé de Milan. Ayer, después de una primera parte con el gol de Lewandowski donde los aficionados sufrieron por el empate, el gol de Dani Olmo en el minuto 66 hizo levantar del asiento al niño de 11 años que no podía evitar celebrar con furor el segundo gol del partido. Mientras Gerard Piqué solo se limitaba a aplaudir, Milan lo celebraba con fuerza junto con sus amigos que había invitado a la tribuna. Se le nota en la mirada que por las venas le corre sangre blaugrana, y eso, no se puede cambiar. Un sentimiento culer que a Shakira no le debe gustar demasiado. Cuando menos, decidió llevarse en Milan y Sasha hasta Miami para desvincular su vida (y consecuentemente su familia) de Barcelona, la tierra donde nunca se acabó de sentir en casa.
La red se ha inundado de imágenes de padre e hijo durante el partido. Un encuentro en el Estadio Olímpico donde hemos vuelto a ver la faceta paternal de Gerard Piqué, demostrando una vez más que el vínculo con sus hijos nunca se deshará. Ni que estén en Miami o en la otra punta del mundo. Cuando uno quiere al Barça, no hay mar ni océano que lo separe, y eso Shakira lo tendrá que arrastrar siempre.