El cantante Plácido Domingo, acusado de acoso sexual. El tenor español está en el punto de mira desde que, esta noche, una investigación de la agencia Associated Press ha hecho público el testimonio de nueve mujeres del mundo de la ópera que lo señalan por haberse aprovechado de ellas.
Los hechos se remontan a finales de los años 80 y se han alargado durante tres décadas, tal y como explican las víctimas. Ocho cantantes y una bailarina que prefieren mantener su nombre en el anonimato (todas excepto una, la mezzosoprano Patricia Wulf). Las mujeres aseguran que el artista español las presionaba para que mantuvieran relaciones sexuales con él y que las castigaba profesionalmente si se negaban.
La Ópera de Washington y la Ópera de Los Ángeles, de donde el cantante español es director, y un montón de teatros del mundo, además de vestuarios, habitaciones de hotel o reuniones, habrían sido los escenarios de los presuntos acosos. Una de las mujeres dice que el cantante de ópera le pasaba la mano por la falda, otras explican que las forzaba para que le dieran besos húmedos en la boca.
Las mujeres que acusan a Plácido Domingo de acoso sexual aseguran que la actitud del cantante hacia sus compañeras artistas es un secreto a voces. Vaya, que hay gente que lo sabe pero que prefiere callar. Unas afirmaciones que han corroborado más de una treintena de personas del mundo de la ópera. Cantantes, bailarines, músicos, profesores de voz y otros miembros del personal que confirman que Plácido Domingo tenía un comportamiento sexual inapropiado y que perseguía a chicas jóvenes con total impunidad.
"Alguien que intenta coger tu mano durante un almuerzo de negocios es extraño, o que ponga su mano sobre tu rodilla también es extraño. Siempre te tocaba de alguna manera y te daba besos", declara una de las víctimas. Además de las nueve mujeres que acusan a Plácido Domingo de acosarlas sexualmente, otras seis explican a Associated Press que se sentían incómodas con las sugerencias del tenor madrileño.
Plácido Domingo ha respondido a las acusaciones y ha asegurado que para él es "doloroso oír que puede haber molestado a alguien", aunque "las normas y los baremos por los cuales ahora medimos las cosas son muy diferentes a los del pasado".