Por si todavía quedaba alguien que no se había dado cuenta, la 'partida' del conflicto Catalunya-Espanya está amañada. Hay quien hace trampas, y juega con cartas marcadas. Marcadísimas. Por ejemplo, la prensa y los medios unionistas, que hacen todo lo que está a su alcance para inclinar el relato de lo que está pasando estos días post-sentencia hacia el lado del extremismo, la alarma social y la perpetua demonización del rival ideológico. Lo hemos visto con la cobertura que le dan, por ejemplo, a la señora de VOX que provocaba a manifestantes con la famosa banderita y que sufrió una censurable agresión, a quien se ha dedicado horas de televisión, mientras que hay un chico en el Hospital Clínic destrozado y que ha perdido un testículo por la violencia policial y del que no se habla nada de nada. O el sensacionalismo con el que lamentan la crema de mobiliario urbano e inventan juegos de palabras con el fuego y Barcelona, pero que callan cómplices con la represión del 1-O o la condena a los presos políticos. Matices que no son menores, y que se volvieron a poner de manifiesto con la intervención del MHP Quim Torra de madrugada, condenando la violencia y llamando a la calma y la serenidad del independentismo para aislar a los agitadores. Algunos diarios lo tienen claro, y no tienen suficiente. Todos somos sospechosos y culpables, empezando por el presidente de un Gobierno democrático.
Este tuit resume perfectamente la diferencia de criterio, nada inocente, que impera en diarios como el de Pedro Jota Ramírez, y que ha recogido al humorista Facu Díaz, de La Tuerka o el programa No te metas en política. Una sencilla comparación que demuestra que la declaración institucional puede tener varios significados e incluso, contenido diametralmente opuesto, según cuál sea la intención del que la interpreta. La literalidad no importa: "Torra sigue sin condenar la violencia y llama al 'civismo'" versus "Torra condena la violencia de los radicales", el titular de El Diario.es, de tendencia política mucho menos extrema que El Español. ¿Intoxicación pura y dura? ¿O problemas de comprensión del catalán por parte de la redacción del equipo de Ramírez? Hummm... ¿qué misterio, verdad? La red ha opinado sobre el tema.
La prensa españolista actúa como los radicales violentos, quemando porquerías pero con otro tipo de gasolina: la 'periodística'.