Ahora que la nueva normalidad ha llegado a la fase 3, se recupera poco a poco una de las buenas costumbres de la sociedad barcelonesa: las presentaciones de libros de manera presencial, comme il faut, con el autor delante de una sala llena de personas en alguna de las librerías de la ciudad. Y este jueves, en la nueva librería Ona de la calle Pau Claris, tuvo lugar una de las citas marcadas en rojo en el calendario.
Pilar Rahola ha presentado su nueva novela, El espía del Ritz, un libro donde llega a la madurez literaria y donde la escritora se ha dejado la piel para regalar una historia apasionante, necesaria y conmovedora. A escena, la Barcelona de principios de los años 40, en plena Guerra Mundial y con el franquismo desplegando sus largos tentáculos. Y en medio de todo, un protagonista inolvidable y valiente, el violinista judío y fugitivo de los nazis, Bernard Hilda. Una historia trágica, pero al mismo tiempo, un canto a la vida, una historia de victoria en un contexto de derrota en una época temible. Una novela magnífica donde Rahola vierte todo su talento y donde la escritora no ahorra a la hora de poner nombres a algunos agentes de la propaganda nazi, como Ekkehard Terstsch... ¿les suena el apellido?
La presentación del libro estuvo a la altura de la historia, de la autora y del lugar. Antes que una espectacular Pilar Rahola, de verde esperanza, cogiera el turno de palabra, fue una delicia escuchar el análisis que hicieron el filósofo y escritor Xavier Antich y el notario Ariel Sultán. En la platea, un grupo de lectores ilustres ávidos de escuchar a Rahola. La creme de la creme de la sociedad barcelonesa. Entre el público asistente, el expresidente del FC Barcelona, y quien sabe si futuro candidato, Joan Laporta, buen amigo de Rahola, a quien vimos departiendo bastante rato con el exdirector general de la Fundación Bancaria La Caixa, Jaume Giró.
También había muchos nombres de la política de este país, como el conseller de Políticas Digitales y Administración Pública, Jordi Puigneró o el exeurodiputado Ramon Tremosa, así como también algunos familiares de los presos políticos. Laura Masvidal, mujer de Joaquim Forn, o Betona Comín, hermana del exconseller de Sanidad y actual eurodiputado, Toni Comín.
Joan Canadell, presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, también hizo acto de presencia. Igual que Ràdia Bouziane, actual propietaria del centenario hotel Ritz, ahora Palace, y la nieta de uno de los personajes, el republicano exiliado Salmona, que ayuda al protagonista a llegar a Barcelona. Evidentemente, no podían faltar dos de las personas más importantes en la vida de la escritora, su marido Robert y su hija Ada, que acompañaron a Pilar Rahola en esta velada tan especial.
Lean El espía del Ritz. Vale mucho la pena.