El infame director de OK Diario, Eduardo Inda, ha recibido de lo lindo después de volver a faltar el respeto a los presos políticos catalanes que están siendo trasladados a prisiones catalanas. Una sencilla pero ofensiva palabra del (corto) vocabulario del rey de las cloacas ha sido el detonante de un gigantesco correctivo contra el navarro, que se pasa la presunción de inocencia por el arco de triunfo. "Golpistas", repite Inda, que no tiene suficiente con inventar noticias contra rivales mediáticos o disparar su porquería contra el que pase por delante. El tipo también es juez del Supremo, y utiliza su potestad para ajusticiar y dictar sentencias condenatorias que le hacen vibrar en sus noches oscuras y conspiranoicas.

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Parecerá que eso de llamar "golpistas" a los representantes políticos y civiles catalanes encarcelados desde finales de 2017 no es muy grave, sobre todo si buscamos el histórico de las burradas que ha dicho del protagonista. Pero la realidad es que no sólo es grave, sino que también es pesado, impresentable e inaguantable. Y en el caso concreto del personaje, "de aurora boreal", que diría Anton Losada. Estamos hartos de ti, Eduardo. Seguramente te haces una idea, pero por si acaso, date un paseo por tu Twitter y comprueba lo que el mundo piensa de ti. Nosotros en la redacción lo hemos hecho, tapándonos convenientemente la nariz y utilizando guantes y gafas protectoras, no sea que acabáramos manchados con alguna de tus mentiras viscosas y pestilentes. Y sí, Mr.Cloaca, has creado escuela: Los internautas saben cositas de tu vida personal,por lo visto tan turbia como la "profesional".

Sabemos que odias a Catalunya. Sabemos que los independentistas te quitan el sueño. También los comunistas, las feministas, los socialistas, el Papa Francisco y hasta el "chupacabras". Sabemos que vives anquilosado en "unagrandeylibre" y que tienes las llaves de las cloacas del estado. Sabemos que siempre estaremos en desacuerdo contigo. Pero deja de insultar a un pueblo y aa sus representantes, que pasan por una situación injusta y lamentable. Una situación que tú y tus falacias sí que merecéis con creces, pero que desgraciadamente nadie tiene narices de aplicaros.